“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Thursday, 29 December 2016

Sunday, 25 December 2016

Manduca Domini


Hace tres días, escuchando a Neil Gaiman hablar sobre su próximo libro sobre mitología nórdica, no pude contenerme.

—Podría estar escuchándote de aquí a la eternidad—, le dije.
—"Podría estar escuchándote de aquí a la eternidad."—, repitió él, como saboreando las palabras.Qué dulce.

Y es aquí, le he comentado a Mariana, que una mujer recobra la fe en el mejoramiento humano, porque si entre nosotros se mueven aún hombres como Neil, con esos ojos y ese pelo salpimentado y esas manos manchadas de tinta y esa fantasía que teje historia tras historia y esa voz que me dice a mí que soy dulce, es que hay esperanzas. 

Mimos de Dios, que premia a las puritanas con luz de entendimiento y amores de cola mullida que reinan sobre las palabras.




Friday, 23 December 2016

Wednesday, 14 December 2016

Sweetness restored

I'm leaving the table
I'm out of the game
I don't know the people
In your picture frame
If I ever loved you or no, no
It's a crying shame if I ever loved you
If I knew your name

You don't need a lawyer
I'm not making a claim
You don't need to surrender
I'm not taking aim
I don't need a lover, no, no
The wretched beast is tame
I don't need a lover
So blow out the flame

There's nobody missing
There is no reward
Little by little
We're cutting the cord
We're spending the treasure, oh, no, no
That love cannot afford
I know you can feel it
The sweetness restored

I don't need a reason
For what I became
I've got these excuses
They're tired and lame
I don't need a pardon, no, no, no, no, no
There's no one left to blame
I'm leaving the table
I'm out of the game

Mi necesidad de no escuchar nada ni a nadie más que a Lenny crece por horas. Va a ser un invierno largo, sin jueves cobardes.





Thursday, 8 December 2016

Bailemos, señor Conejo

—¡Defínete!— ha dicho la Maga, muerta de risa, después de contarme la última ridiculez del exilio cubano: una pelea entre Pancho Céspedes y un mulato conocido en su calle.

Y yo no suelo tomar partido a menudo pero en esta batalla no pienso quedarme en la cerca, por no ser murciélago y  porque la verdad es que sí me gusta Pancho, y lo escucho de vez en vez, cuando el vino y la nostalgia me ponen melosa. Escucho a Vicentico Valdés después de tragos, no digo yo a Pancho...


Monday, 5 December 2016

¡Casita, no ardas!


Hay libros de los que no se regresa. Hay libros que te instalan para siempre en el corazón un borboteo de lágrimas cuyo ruido sordo supera cualquier lluvia, sobre todo durante la noche, pero también en cualquier momento en que hagas silencio por dentro.

 No sé cuál imagen me hace sufrir más, si la de esa madre que observaba en silencio, sin una lágrima, cómo su casa era consumida por el fuego mientras sus tres hijitas gritaban desconsoladas: "¡Casita, no ardas, no ardas!", o la del niño que corrió a abrazar a la enfermera nazi porque su uniforme blanco era igual al de la madre muerta, sin saber que aquella mujer estaba allí para sacarle sangre a él y decenas de otros pequeños huérfanos, para transfundirla a los soldados alemanes heridos.

Sé que por cada capítulo me es más difícil reconciliarme con la naturaleza humana. Cualquier bestia nos supera, entonces y ahora, y quizás es ése el motivo de nuestra saña para con los animales: la envidia.






Sunday, 4 December 2016

Hasta tu altura

Como cada 4 de Diciembre, mi mundo amanece con olor a rosas rojas, incienso y congrí oriental; pocas cosas me alborotan la cubanía como las fiestas religiosas con que crecí. Hoy toca ron, tabaco y tambor para las caderas. ¡Maferefun, Changó!



Monday, 28 November 2016

Enterrador, no lo llores

A raíz de la muerte del muerto he descubierto algo curioso: tengo casi treinta y ocho años y no me sé siquiera la mitad de las malas palabras que usan hoy los cubanos de ambas orillas como usaba mi abuela la oración a San Luis Beltrán, por todo y para todo. Para civilizarse no tendrán mucha maña pero inventiva para la vulgaridad les sobra, hay que reconocerlo.

Pero, además, veo que los cubanos de Miami, si bien saben gritar como energúmenos, no saben darle a una cazuela como Dios manda. Un amigo, músico y manzanillero, les ha dado allá en solar un consejito de buena fe que reproduzco: señores, cuando les pongan la cámara, recuerden que la clave cubana es pa. pa. pa. un papá. Que dan penita, concho.


Saturday, 26 November 2016

Sins of the father

Se llamaba Zenaida, y sabiamos bien que nos espiaba.

Se llamaba  Zenaida, y le exigía a mi abuela las dalias blancas que cultivaba para nuestros propios muertos, porque el retrato del Ché en su sala las merecía más.

Se llamaba Zenaida, y nos paró a mi hermana y a mí en la calle para preguntar si éramos hijas del general Ochoa, mientras aquel juicio de espanto acontecía cada noche, sólo porque nuestro papá se le parecía físicamente.

Se llamaba Zenaida, y no encontramos un ramalazo de compasión cuando la vimos decaer, adelgazar, consumirse, convertirse en una epecie de fantasma, perdido todo rastro de descaro y sorna, y por último desaparecer, víctima de un cáncer de estómago que no conoció paliativos.

Se llamaba Zenaida, y tuvo una nuera dulce y pequeñita que es mi amiga para abrazar largo.

Se llamaba Zenaida, y tuvo una nieta oscura e inquieta para quien compro y llevo leves vestidos que la hacen feliz.

El odio no ha de dejarse en herencia. Nadie debe heredarlo, nunca. Los pecados del padre, sólo en voz de Tom Waits, si llueve.


Obituario feliz de sábado con luces

Fidel Castro ha muerto.

Este ha sido, para mí, el año de los despertares dolorosos, pero el amanecer de hoy de alguna manera me compensa; de ello pero sobre todo, y por mucho que sea de manera subjetiva y personalísima, de tanto amor perdido, de toda esta separación, esta distancia, este no pertenecer, este morir en cementerios ajenos que arrastramos tantos cubanos. Lo he esperado largo, y aquí está ya por fin.

Sí, me alegro de su muerte. Sí, voy a celebrarla. Soy incapaz de compadecerme de el último suspiro de un déspota que vivió noventa años para disfrutar de su obra: un país arruinado y un pueblo dividido. No creo que haya una vida después de la muerte y siento que precisamente ese es el consuelo para la impunidad; el olvido le espera, como nos espera a todos, y dentro de unos años este hombre, que tuvo bajo su pie a once millones de infelices, no será más que un par de piernas pétreas en las arenas del vasto desierto de la desmemoria: la historia lo absorberá.

No imagino mejor despedida que una guarachita, de esas que me hacen recordar que tengo caderas, y un buen trago de ron. ¡Llévatelo, viento de agua!







Friday, 25 November 2016

Mientras soy canción

Ayer he sabido de un niño que, desde la muerte de su papá, se cree gato. Maúlla mientras monta en su patineta, se sienta en la baranda a ver la lluvia caer y, si lo molestan, bufa. me pregunto qué pensaría de él mi amado Juanito, a orillas del Po.

También he descubierto que lo de in vino veritas no es más que un eufemismo ladino de los romanos para denominar las meteduras de pata después de la segunda copa. El pánico cuando se cae en cuenta de la cagástrofe, en cambio, no parece tener latinajo alguno que lo recoja.

Necesito un azabache,
cascarilla,
el Tragasueños,
pastillitas de violeta
un labio sano
una nube, un mar y un maestro como los de Margarita
y ya.






Monday, 21 November 2016

Vieja historia de lunes oscuro

Los Bonson eran tres: los padres, Chepín y Elena, y la hija, Elenita. Ellos eran el arquetipo por excelencia de los americanos de antes: altos, distinguidos, masones, rubios, con ojos muy azules; ella era boba, con una lengua inusualmente larga que adoraba sacar y una cara redonda y colorada de gorda malcriada hija de viejos.

Mis abuelos eran sus amigos y hermanos de logia. En el pequeño costurero de Elena, custodiada por numerosos santos que observaban desde sus nichos y bebiendo refrescos con olor a verbena, yo recortaba ropas de papel para muñecas de piernas muy largas y nombres de puta, mientras las señoras intercambiaban  chismes y los señores discutían en el porche.

Supimos que se iban como supimos que se iban tantas otras familias amigas por aquellos días insoportables, con una mezcla de alegría y turbación: nos estábamos quedando cada vez más solos. Chepín se lo contó a mi abuelo en el portal, con lagrimones fáciles corriendo por sus mejillas, y le contó también, aunque no hacía falta, la pesadilla de la burocracia, el hostigamiento abierto de las autoridades, la pena de los santos, que se quedaban en la casa de la cual no podrían sacar más que sus pertenencias más íntimas para el viaje. "Si nos quedamos aquí nos morimos de hambre, Lorenzo."-le dijo. "Tengo que pensar en esa niña". Y señaló con su barbilla prominente de irlandés a la hija, tan boba y tan veinteañera y tan amiga de la magia negra. Mi abuelo fue a despedirlos al aeropuerto y regresó sin ganas de cenar: los aviones se habían convertido en enemigos hacía mucho.

A los dos meses de la partida de los Bonson, un primo de Chepín telefoneó desde New Jersey a las autoridades locales para informarles que la herencia de su familia estaba enterrada en el patio de la casona,  justo debajo de la mata de resedad que Mafifa solía podar mientras Elenita lo miraba amorosa; él lo sabía de siempre, pero no había querido contárselo a Chepín por una vieja enemistad.

El tesoro, cientos de monedas de oro oculto en botijas de barro, fue desenterrado un miércoles de diciembre. Hombretones vestidos de verdeolivo cavaron durante horas, observados de cerca por una horda de vecinos curiosos, y metieron las botijas en sacos que cargaron en jeeps militares completamente cerrados. El agujero quedó allí, respirando por la herida, durante muchos años; la familia de negros que se mudó inmediatamente después no se preocupó jamás de cerrarlo, como tampoco de regar los galanes de noche del jardín, de limpiar los ventanales o de engrasar la verja de hierro; era la casa de los gusanos, dejarla caer de olvido y mugre era un deber revolucionario, supongo.

Los Bonson están muertos, como los santos en sus nichos de yeso. Hemingway lo dijo muy claro: "escribe una historia verdadera, sobre algo verdadero que conoces bien". Yo conocí bien esta historia: eran rubios y mansos, y tuvieron un primo cabrón. Es todo.

Wednesday, 16 November 2016

Who loves you with her frozen love

He encontrado hoy, sin buscarla, esta canción de Cohen, que por un puñado de razones es una de esas que siempre llevo detrás de la oreja, como Billie sus gardenias, con imágenes de "La chica sobre el puente", que por un puñado de razones -es aquí que debería decir personales y redundar putamente porque conmigo todo es siempre personal, pegado al hueso; parece que no voy a aprender nunca el arte de las verónicas: me falta gracia, o canallada, o me sobra desgarro, o todo junto- es una de esas películas que llevo siempre prendidas al rabillo del ojo, como Billie las explicaciones que no quería.

Debe ser la luna.


Sunday, 13 November 2016

Ruinas

Estoy cansada de no saber dónde morirme. Esa es la mayor tristeza del emigrado. ¿Qué tenemos nosotros que ver con los cementerios de los países donde vivimos?

¿No comprendéis? Nosotros somos aquellos que miraron sus pensamientos uno por uno durante treinta años. Durante treinta años suspiramos por nuestro paraíso perdido, un paraíso nuestro, único, especial. Un paraíso de casas rotas y techos desplomados. Un paraíso de calles desiertas, de muertos sin enterrar. Un paraíso de muros derruidos, de torres caídas y campos devastados...


Dejadnos las ruinas. Debemos comenzar desde las ruinas. Llegaremos.

María Teresa León, Memoria de la melancolía

Saturday, 12 November 2016

And it’s winter forever

Did I ever leave you
Was I ever able
Are we still leaning
Across the old table


Was it ever settled
Was it ever over
And is it still raining
Back in November


Was it ever settled
Was it ever over
And is it still raining
Back in November


Did I ever love you
Does it really matter
Did I ever fight you
You don’t need to answer

 
 
 

Friday, 11 November 2016

Not a way to say goodbye


 Give me back my broken night
my mirrored room, my secret life
it's lonely here,
there's no one left to torture
Give me absolute control
over every living soul
And lie beside me, baby,
that's an order!



¿Debería comenzar por contarme en los dedos una y otra vez los años desde que me sedujiste? ¿Las veces que hemos bailado hasta el final del amor en la cocina? ¿Las lluvias que han caído mientras cantabas en el otro cuarto? ¿Las noches en que me he inclinado para cubrirte con mi juventud? ¿El frío que me ha quitado el sobretodo azul? ¿Las conversaciones a través de la vieja mesa? ¿O cómo te recuerdo feliz, disfrutando aquel sol de verano que agradecían tus huesos y la vista de las muchachas que bailaban para ti?

No sé, Lenny. No sé. Escribir mientras se llora es un arte en el que me estoy haciendo experta pero hoy me dueles más allá de cualquier yema.

Sé que te vas disfrazado de río, con tu violín y tu cruz a cuestas. Sé que te esperan tu esposa gitana, las hermanas de la caridad, y Mariana. Sé que hoy los ángeles arañarán tu puerta, gimiendo que les dejes entrar.
Sé que nos encontraremos siempre, a una profundidad de mil besos.

Hineni, hineni: there he goes, my Lord.



Thursday, 10 November 2016

De eso no se habla

—Se ha muerto Popov.
—Sí, lo he sabido. Pobre.
—¿Qué pasará, ahora, con los mimos?
—¿Cuáles mimos?
—Los que se quedaron sin dueño.
—¿Recuerdas aquella película con Mastroianni ?
—¿Y la enana?
—Sí.
—Si.
—Pues eso.



Wednesday, 9 November 2016

Si esto es un hombre

Y yo, que no podría estar más indiferente ante las ranas y su nuevo rey, sigo leyendo, esta vez a Primo Levi, que cuenta el horror de la misma manera letal y suave en que Tom Waits me canta atrocidades y la nieve cae afuera.

Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:

Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana invernal.

Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.

O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.

Friday, 4 November 2016

Profecía

Niebla, nieve, luna, noche que se aferra, pies helados, pelajes en contraste, un clic muy suave, pezones endurecidos, sirenas disparadas, esqueleto de espaldas, escalofrío, melena insistiendo en nublar los ojos, dedos enredados en telarañas y ah, ah, ay.
Un día cualquiera.


Thursday, 3 November 2016

Even flowing

Todo cambia, todo decursa, pero hay sensaciones que permanecen casi invariables.

Llegar a casa cansada, meterse en el baño, prender velas e incienso, servir una copa de vino, echar sales verdes con olor a nostalgia en el agua y escuchar a Enya llenarlo todo mientras afuera cae una llovizna helada de otoño tardío es un milagro siempre, cada vez.


Tuesday, 1 November 2016

Wet boots and rain

Una de mis piedras lunares escribe: "La nostalgia es decrepitud", y he pensado que al fin, buen Dios, al fin un diagnóstico que me tranquiliza, una explicación lógica a esta nostalgia enorme que arrastro de todo cuanto ha sido mío, desde un mar hasta un calcetín bordado.
Nadie sabe lo que me reconforta saber que cualquier día de mi vejez alguien dirá: "Pobre señora, ya está decrépita", y yo podré contestarle sin titubear: "Siempre lo estuve, hijo."




Saturday, 29 October 2016

Y chispas por doquier

La cita, no sé: el sitio, empero, existe y es amable, con verjas oxidadas de salitre, cuervos graves y muertos apacibles. Creo que aceptarían con ternura cualquier gemido,  aunque no fuese de sirena. 


Friday, 28 October 2016

Up here, in Michigan

Me despiertan la lluvia sobre el mar y Silvio. Recojo los pedazos de cuerpo que andan sueltos por la cama -¿es culpa también del mar, este reguero de mujer que amanece?  Pechos, muslos, boca y piernas, todo al garete, como si durmiera con Picasso, ¿es el azul?- y los llevo al ventanal.
Debería ser posible tejer una manta con esta luz, con esta paz, con esta soledad otoñal que pesa incluso sobre las gaviotas y los gatos silvestres. Si el tiempo debe ser implacable, al menos que sea implacable aquí, en Michigan.

Monday, 24 October 2016

Negra, sálvame

Faltan sólo dos días para sentarme a conversar con la madre del agua y la luna llena, con la humedad salada subiendo por los pies para encontrar otra que baja, con las ondas de la melena llamando las del mar, con la luz del alunecer bailando de mis ojos a los ojos de los zorros.

Espérame, Yamayá.


Sunday, 23 October 2016

That's my soul up there

Madurar es:

-Ir a la fiesta. Beber lo estrictamente necesario para que los demás  parezcan interesantes.

-Que una señora rechoncha con grenchas muy largas, resecas como techo de choza y con un pedacito de canas sin teñir sobre la frente se acerque y diga: "Oh, ¡qué maravilla tu pelo! ¡Como el mío!" y una sonría y diga que sí, que ciertamente.

-Llegar a casa con la última campanada de las doce y meterse en la cama sin haber olvidado desmaquillarse a fondo, darle los cien cepillazos a la melena, abrigarse los pies y rezarle al Ángel de la Guarda.

Mi buen león estaría orgulloso.


Saturday, 22 October 2016

Dust and diamonds

Los sábados son para regresar a Sting por el caminito de siempre, aunque los cuervos hayan devorado las migas de pan, aunque el hilo de Ariadna se le enrede al gnomo en la madeja, e Iván no encuentre nunca la punta de la aguja para responder la única pregunta de la esfinge.


Friday, 21 October 2016

V es de vals

Debo haberme entusiasmado describiendo el mar, allá en Michigan, porque ella me ha tomado las manos entre las suyas y ha exclamado "¡Sé mi nuera!"

Despues nos hemos echado a reir, porque en este caso el hecho de que yo ni siquiera conozca a su hijo ni ella lo vea desde hace años es totalmente irrelevante; la pasaríamos de maravillas,  tumbadas en el sofá bebiendo té con vodka, u horneando pirogs con mermelada de ciruelas, o metiendo las narices en cuanto anticuariato nos pusiera al paso la bella Cracovia, o viendo la tarde pasar en un café, bajo la mirada tierna de los muertos.

 Queda para la próxima reencarnación, anotado en rojo.


Thursday, 20 October 2016

Poludnica

Hoy temprano la madre de mi mejor amiga me ha levantado la barbilla, me ha estudiado unos segundos - la cara lavada, el pelo revuelto por el viento- y ha dicho en su inglés pasado por rusalkas y bogatyres: "You are a very, very beautiful woman". Y me ha dado un abrazo corto y apretado.

He pensado, luego, que tendría que haberle dicho cuánto me calienta el alma escucharlo así, no porque esté siempre en la punta de la lengua, otra frase cansada más, sino dicho desde adentro, saltando las piedras de cualquier sintaxis, porque se está pensando con el corazón, pero creo que lo sabe. Claro que lo sabe.

Kuhn

Wednesday, 19 October 2016

Algo más que en sueños ir


Un último adiós y cien marineros

Hace unos días ha muerto el padre de una buena amiga, un hombre que recuerdo de niña con una guitarra y una sonrisa siempre a la mano. Desde entonces no dejo de pensar en la muerte; creo que es culpa de esta puta edad, en que tus hijos son tus hijos y tus padres son tus hijos, y los hijos y los padres de tus amigos son también tus hijos así como lo son aquellos que en este justo momento esperan la muerte en una ciudad sitiada, de manera que terminas por sentirte un poco madre de todo lo que te importa y descubres, en medio de las lágrimas y la luna y el graznido de los cuervos que eso es lo que ya para siempre no te permitirá tolerar espejismos ni mentiras pasadas por caramelo. 



Monday, 3 October 2016

Luna de Alabama

Y nos hemos echado unas risas tempranas, pero mientras el café funciona y el sol se anima, vuelvo a preguntarme: cuando llega la noche y hay que quitarse el moño postizo, los lentes verdes, las pestañas, las siete capas de maquillaje, la impostura de la voz, el brassier con relleno y la faja reductora, ¿quién se es?
Alguien decía: "Cuando se funde la nieve, ¿qué es de la blancura? " y yo pregunto también: cuando se guarda lo falso, ¿qué queda de esa mujer?

Pero, además, hoy he sabido que hay mujeres que esgrimen los argumentos de Zelda Fitzgerald para hacer daño. Y yo que pensaba que eran malicias de Hemingway, cuando los describía en "Paris era una fiesta"...


http://www.clavijo.ru/en

Sunday, 2 October 2016

Sesenta y cinco aguijones de oro

Pearl Floyed

Hace dos días, entre carcajadas y reflexiones y conclusiones redondas de esas a las que llegan dos mujeres morenas e inteligentes y desparpajadas y un poco cínicas cuando se juntan, le he dicho a una amiga que estamos madurando. 

Esto es cierto: madurar es atreverse. A mostrar las fotos de tu adolescencia, y reírte de ti misma. A salir a la calle con la cara lavada, porque es así como te gusta ir. A tener lirios y prender incienso y cocinar con canela y a que te importe un comino que los olores se superpongan. A sostener la mirada con la boca llena.

Madurar es también sortear el corazón. Mi ciudad pasa por un ciclón, y acaba de morir el padre de alguien que masajeaba mis dolores de cabeza en la palma de mi mano, con un índice y un pulgar y una sonrisa, sin poder decirle que lo siento. Los primeros hielos han llegado, los pájaros se vuelven serios; cualquier otra impresión es superflua.


Tuesday, 27 September 2016

La guerra no tiene cara de mujer

"Yo me había examinado en la facultad de medicina. Cuando regresé a casa, mi padre estaba enfermo. Y de repente, comenzó la guerra. Recuerdo que era de mañana. Supe esta terrible noticia una mañana. El rocío en las hojas de los arboles aún no se había secado, ¡y vinieron a decirnos que había estallado la guerra! Y este rocío que yo acababa de descubrir sobre la hierba y los árboles era tan límpido- solía pensar en ello luego, en el frente. La naturaleza contrastaba con lo que ocurría con los seres humanos. El sol brillaba, las flores de manzanilla, que eran mis preferidas, llenaban las praderas...

Recuerdo que una vez nos escondimos en un campo de trigo, un día soleado. Las ametralladoras alemanas hacían ta-ta-ta, y luego el silencio.Y nosotros escuchábamos el susurrar del viento en el trigo, hasta que volvía el ta-ta-ta. Y yo pensé: ¿volveré a oír alguna vez, otra vez, el susurro del viento en el trigo?"

Marija Afanasievna Garatsjuk, médico de campo

Siempre he pensado que las mujeres deberíamos escribir la guerra. Si así fuera, no habría necesidad de ello: los hombres pasan los acontecimientos por el tamiz de la grandeza o de la humillación total, porque ser héroes o vencidos les es inherente. Nosotras pasamos todo por filtro de un útero: estamos hechas para dar vida, la guerra nos es abstracta por naturaleza.

 Este es un libro comprado al azar, impulsivamente; todo lo verdaderamente necesario para el corazón  ha llegado siempre así a mi vida. Creo que me están saliendo canas por cada historia, pero no querría algo diferente para este otoño: saber es la única manera de sentir bien.







Saturday, 17 September 2016

Friday, 9 September 2016

Just breathe

For someone's got to sing the stars
And someone's got to sing the rain
And someone's got to sing the blood
And someone's got to sing the pain


Creo que debo comenzar por la negrura. La que me devolvió mi refelejo en la vidriera, desde los zapatos de tacón hasta el cabello, y me hizo caer en cuenta de que me había vestido para un funeral. La de la noche otoñal, cerrada y húmeda. La suya, luego, desde el pelo hasta la punta del zapato pero sobre todo en la mirada, porque hay veces que el azul más puro no disimula el pozo.

Y luego, todo. El pequeño rosario blanco que aprieta en su puño mientras habla. La voz rota. La belleza enorme. La esposa etérea. El niño protector. Las lágrimas poniéndole zancadillas a la lógica. Una mano grande apretando la mía. El silencio de catorce almas que no se atrevieron a respirar demasiado alto hasta que se encendieron las luces. El ángel de la muerte, quinceañero, ojiazul, aleteando en cada segundo, llenándolo todo. Y Jesús, mintiendo.

Fue un funeral, uno de esos a los que nadie nunca debería asistir, porque ningún padre, nunca, debería enterrar un hijo. Fue un momento extraño, íntimo, como meter la mano en las entrañas de alguien y sentirlas calientes, palpitantes. Fue una mirada única, irrepetible, dentro de la concha del vampiro, que ha vuelto a cerrarse para siempre. Fue una noche de las que se sale más viejo, más bello. Fue un sueño para sollozar bajito. Fue una muñeca tatuada más tatuada que nunca.

Árbol de los esqueletos, manténte firme.




Friday, 26 August 2016

Yo adivino el parpadeo

Mi mejor amiga ha aparecido ayer en la cocina,  a las cinco y media de la tarde.

"Dios mío, pareces de veinte años", ha dicho mirándome de arriba a abajo. También yo me he mirado, pero de abajo a arriba: zapatillas deportivas con aditamentos ortopédicos para el dolor eterno de los pies planos; pantalón deportivo de alguna marca que no alcanzo a reconocer, porque no lleva letras sino signo; camiseta de Nirvana; coleta- porque desde que me corté el pelo los rizos andan a lo Shirley Temple, enseñado el uan, tu, tri-; y manos sumergidas en la masa de las albóndigas italianas.

Veinte años. Según Gardel, nada. Y puede que haya tenido razón, recostado de la pared del arrabal; la edad es nada sin el instinto, sin ese saber exactamente qué pasa aunque el mar lo niegue, sin la necesidad de saltar contra la coriente, por fuerte que esta sea.

Dímelo otra vez, Carlitos, a ver si me lo creo.




Thursday, 11 August 2016

Se reparan alas

Hace algunos años, Stefan Sundström tocó en su guitarra para mí una de mis canciones más queridas, "Sabina camina por el malecón". Al terminar, le comenté que siempre me había preguntdo por cuál malecón caminaría realmente aquella muchacha que no quería rosas, ni anillos, ni promesas, ni murallas que defender, aquella muchacha a la que la bastaba el mar. 

¿Quieres saberlo?me preguntó él, con una sonrisa en cada una de sus patas de  gallo rebelde.
 —No—, le respondí, y él asintió complacido.
 —Eres muy sabia—dijo, y volvió a cantar.

No quería, y no quiero saberlo. Si de algo me he convencido es de que las realidades son como la arcilla, moldeables según las manos más o menos expertas de cada quien, y que entender amores es, como diría otro trovador de mi melena, pretender parar el universo.

Aunque se fue, Sabina.

Wednesday, 3 August 2016

Eclipse de mar



—¿Cuál es la respuesta?– preguntó el rey.
—Sí,  siempre– respondió Alicia.

Fine and mellow

Dentro de unas horas, estaré acurrucada en los brazos de mi papá, bebiendo buen vino y escuchando cómo le fue en Shakespere and Co., mientras Billie maulla detrás. El mar se calla y me abandona, pero yo aún tengo mimos.


Tuesday, 26 July 2016

Madrina, me duele la boca

Rey Haggard: ¿Qué miráis,  señora?
Lady Amalthea: El mar...

La tormenta se acerca,  y el mundo se va envolviendo en mil tonos de gris,  como si lo pintara El Greco. Las ardillas se esconden, se callan las corneas,  se acurrucan los gatos sin dueña; sólo las gaviotas permanecen indiferentes, concentradas en su tarea: siguen buscando la luna llena que arañaba el mar.

Thursday, 21 July 2016

Up here, in Michigan

Cada año llego con el mismo propósito: escribir. Aprovechar el tiempo y la paz y el mar,  y escribir. Y sin embargo, en los últimos siete días no he escrito un solo párrafo. He cortado la hierba. He recogido flores a la vera del camino.  He recibido amigos.  He bebido vino. He bajado al mar una y otra vez. He recordado mucho a mi amado y buen león. He pintado una silla. He leído dos libros. He servido café en tazas centenarias. He preparado tostadas con mermelada hecha por mí. He vestido camas con sábanas de hilo. He visto águilas pasar,  y salmones saltar. He extrañado la luna. Pero no he escrito. Y no pasa nada, porque así sea; la vida es larga aún.  Y se está tan bien acá arriba,  en Michigan...

Wednesday, 29 June 2016

Sáficas

"Me encanta tu nombre", ha dicho ella con una sonrisa enorme en su carita perfecta de ninfa eslava. "Cuando nos presentaron, le hablé de ti a mi marido; le conté de tu pelo, y de tu cara, y de lo bien que me habías caído..."

Siempre es así: una mujer bella no tiene reparos en reconocerle la belleza a otra, ni en alabársela. Los reparos son para las feas, a quienes la envidia les entumece la lengua y el corazón. Se lo había dicho a otra amiga, unos días antes, a raíz de otros sucesos, después de un par de copas, dedo sentencioso en alto.

"Sí, pero tú tienes miel de abejas para las mujeres", me contestó. "Si fueras lesbiana tendrías un harém de jevitas..."

Y nos echamos a reír, en parte por la idea y en parte por el argot barriobajero, que en su voz bien timbrada de profesora y muchacha bien suena hilarante, pero yo luego me he quedado pensando, porque es cierto.
He llegado a la misma conclusión muchas veces: si yo fuera realmente inteligente cambiaría de bando ahora que tengo público variado y de calidad tirando piedrecitas; después voy a estar queriendo sin tener con qué, como diría mi abuelita.

El problema es que, conociendo mis fobias y mis filias, si mañana me despertara con el pie izquierdo lo más probable es que pasara de largo ante la belleza y las curvas de estas festejantas y fuera directo a enamorarme hasta los huesos de la  última giganta barbuda y tarabiscoteada que se le hubiera escapado al circo de la vida en una camioneta Ford del '52, de color rojo bombero.

Y así, no vale, ¿verdad, David Lynch?





Tuesday, 28 June 2016

F es de Frida, fuerte y fueron


Yo amo a Frida Kahlo. En su patio de terracota y verde, entre  monos y girasoles; en su cama de dolores multicolor; en sus vestidos de loca; en sus cejas haciendo puente para la pasión; en su destartalada dignidad de paloma me encuentro, cada vez vez que me busco. Por eso no me gustó esta película;  Frida se merecía un film por cada par de ojos que vieran sus cuadros y leyeran sus cartas al elefante que no la supo querer. En cambio, las canciones se me quedaron bajo la piel, por aquello de la ley de las compensasiones, que no existe.



Sunday, 19 June 2016

L es de luna y lengua

—El árbol tiene tres hojas amarillas: ¡ha llegado el otoño!
—En lo absoluto; el árbol tiene hojas amarillas porque está enfermo.
—No está enfermo,  se viste de otoño para mí.
—Estás loca.
—Y también tú,  que te conformas con mis razones.
—Cuando estás desnuda,  pero entonces me conformo con todo; no cuenta.
—Claro que cuenta,  nadie está más o menos loco, vestido.
—Y podrás usar la falda de tweed verde que tanto te gustó el año pasado...

Friday, 17 June 2016

Too fast, too long


Una nube en pantalones


Como brazos de mar

Ayer he sabido que se encierra en su habitación durante días. Que no prueba bocado. Que consume más estupefacientes. Que se rehúsa a aceptar que está enferma. Que su madre ya no puede más. Que hay médicos y enfermeras vestidos de blanco fantasmal, listos para saltar sobre ella con el horror disfrazado de buenas intenciones.

Desde ayer la pienso detrás de paredes mudas y sordas. Pienso en sus muñecas de caramelo, atenazadas de cuero. Pienso en su garganta de niña, atravesada de tubos. Pienso en su cabeza salpimentada, nido de alondras, llenándose de nada. Pienso en su voz pequeñita, callada de miedo.

Me pregunto si las criaturas que habitan el claro en sus ojos pardos saben ya que están en peligro, y corren. Me pregunto si volveré a verla, saludándome apenas con su mano de artista, o alabándome el vestido, o contándome cuánto le habría gustado aprender a hablar español. Me pregunto, sobre todo, si no habrá alguien que la ame, alguien que sepa que hay locuras que son poesía, alguien que esté presto a matar el dragón del sentido común, alguien que espere cada noche a que ella se robe un segundo de teléfono para decirle:

—Erizo, vida mía...

y la salve.

kuhn

Wednesday, 1 June 2016

Mon amour

Una cosa te digo, Neil Gaiman: si tú, en lo que llega tu libro, me pones esa carita, yo soy capaz de partirte en pedacitos plegables y coserte al bies de mi enagua, al monogranma de la almohada y al hociquito del peluche.


M es de muertos

—Las trepanaciones de hipocampos, los puntos suspensivos y los eclipses parciales del corazón.
—¿Y las migajas de pan para encontrar el camino de regreso?
—Aún, pero a voluntad de los cuervos.

Así que ah y ah, pues, con leve desfase.


Friday, 27 May 2016

Noias

Una sabe que va madurando bien cuando tiene amigas bellas e inteligentes que piensan que una también lo es, y con la cuales puede soltarse cualquier tarde en una orgía de perrerías sazonadas con Silvio, melenas muy negras, palabrotas jugosas y con todas sus sílabas,  copas, cigarrillos, y carcajadas para cuervos.
Más de ellas, padre Odín.




Wednesday, 25 May 2016

Rather your legs than your heart

—¿Dónde se esconden los Ernest?— ha preguntado ella, y yo me he encogido de copa y de hombros.

¿Dónde, en efecto? ¿Qué fue de aquella raza de hombres altos de manos como prados y pechos como almohadas? ¿De los hombres con que las niñas substituían a sus padres? ¿De los hombres que no golpeaban jamás después de haber sonado la campana? De los hombres que usaban camisetas blancas debajo de la camisa, tenían enemigos jurados desde el tercer grado, lucían dos o tres cicatrices inexplicadas en el cuerpo, no necesitaban abridores para las conservas, sabían silbar, podían leer en voz alta, arreglar una silla y hacer callar al perro y además cambiar el centro de gravedad de tu cuerpo al primer impacto. Esos hombres, ¿se extinguieron, como los dinosaurios? ¿Murieron achicharrados, pegados una bombilla que no resultó ser la luna? ¿O andan aún por los rincones, acurrucados contra las rendijas, buscando calor, amedrentados por la reinante tribu de princesos? 
No lo sé. Lo único que tengo claro es que se extrañan, que hay cosas que sólo una barba (visible o no) puede solucionar. Así pues, Ernestos honestos, come out, come out, wherever you are: aún quedan Leopoldinas por enterrar.

Saturday, 21 May 2016

Volver a los diecisiete

Tener a mis padres en casa significa, entre muchas otras felicidades, despertar con esto, como antes:


Thursday, 5 May 2016

Leche y miel

Veo a Tilda Wilson en La Habana; láctea, exquisita dentro de su camisola alba con mangas protectoras, y he pensado en mi abuela, en sus misas de madrugada y sus polvos de arroz sobre el cutis perfecto que 106 años no lograron arrugar; en mi tía Teresa, que tendía la ropa antes de que saliera el sol y la recogía después del ángelus; en mi madre, con su belleza de valkiria escondida siempre tras las pamelas; en mí misma, escudada en  factores cincuentones y sombras bienechoras; huyendo incluso del pálido sol escandinavo.

Somos las mujeres del Gabo, protegiéndonos del sol como de un contacto indigno. Pero también somos las que luego, aún de cadáveres, recogemos piropos.

Tuesday, 26 April 2016

M es de martes, muero, mucho y Mariana

"El gato del vecino está sentado frente a la puerta principal, esperando a que le abran, aún cuando sus dueños se han gastado un dineral en una puertecilla lateral sólo para él", ha dicho Mariana, con tono disgustado.
"Pobre, estará confundido", he respondido, tratando de conciliar.
"No, es sencillamente tonto. Pero tú no aprendes; para tí una perra que come boniatos teniendo a la mano un hueso jugoso es una perra con personalidad, ¿verdad?"
"O con muy mal gusto", he dicho.
"Pues eso. Y tonta, además", ha replicado ella.

Tiene razón, esta desgraciada. Lo cual es bello, e instructivo.

Wednesday, 20 April 2016

Into my garden of stone

 I don't question our existence
I just question our modern needs...

Pearl Jam



Ella se sienta en la misma esquina, cada día, todo el día; a veces tiembla bajo una sombrilla de color pesadilla, cuando el viento sopla del noste y llena la vida de pedacitos de hielo, como si todos fuéramos el pequeño Kai; a veces suda bajo su pañoleta, porque un poste no es para dar sombra. Extiende una mano oscura, escurridiza, y dice:"hola", y mira con unos ojos muy marrones y muy limpios. A veces sonríe, pero es como si le doliera.

A mí me duele ella, y me duelen los que pasan por su lado sin obsequiar siquiera el saludo, como si hablarle a una mendiga los redujera. Echo en su vaso plástico unas monedas, y le extiendo otro, con café caliente; ella me da las gracias con un susurro, y me doy cuenta de que es lo mejor: ningún ser humano tendría que agradecerle a otro, en voz alta, un acto tan poco decente como es el dar lo que te sobra.




Wednesday, 13 April 2016

Viejo

 Si fuesen poniendo luces
en el camino, a medida
que el corazón se acobarda,
y los ángeles de la guarda
diesen señales de vida... 


Joan Manuel Serrat
 


Ayer, al pasar por un corredor muy largo y muy limpio, lleno de sordas, blancas puertas cerradas, escuché sollozar a un anciano.

Lo he visto antes: sé que es óseo y grade, y que avanza muy despacio, metido en sus sandalias, y que se ajusta los pantalones al esternón y desde ayer, para mi desgracia, sé también que llora con un "ho, ho, ho, ho" hueco y amargo que nadie escucha, mucho menos consuela.

Me pesa ese llanto desde hace dieciocho horas. Me pesa la costumbre local que pone límites inmediatos a la ternura y me hace cobarde. Me pesa la conciencia plena de que hay miles, millones de viejos llorando soledades a diario, olvidados en algún cuarto de asilo, convertidos en sombras con voz.

Y no puedo remediarlo, y lo sé, pero saberlo no ayuda, porque hay días en que uno crece para que duela, como aquellos raspones sangrantes en las rodillas cuando te caías corriendo en el parque, pero al revés.

Monday, 11 April 2016

Algo conmigo

Ayer me han dedicado esta canción, con notita y todo: "Tu melena y tu tragiquismo fue lo que me enamoró." Va directamente a la botella en que guardo mis momentos gloriosos para darle envidia a las otras viejucas en el asilo.



Friday, 8 April 2016

"Decir ya fue y que no alla fuido nada"


El título se lo debo a mi buena Romina, soldada del ejército de los glóbulos rojos, melenuda socia de himgwayanismos varios y ojeras como lagos. Te quiero, loquilla.




Thursday, 7 April 2016

Dios hace a los locos, pero el viento los junta

Esta ilustración me recuerda las latas de galletas en que mi abuela echaba sus tarecos de coser. Era todo tan bonito, antes, cuando crecer quedaba lejos.



Tuesday, 5 April 2016

Mierda de mariposas

—Deberías alegrarte, la muchacha es polígota y todo.
—Claro que es una polígota; él es igualito a ti: un sinvergüenza.



Karel Fonseca

Monday, 4 April 2016

Y el mundo en una caracola

Ha muerto Manolo Tena, leo, y he recordado las mañanas en un hotel de Granada, despertando con sus canciones, con la sierra imponente detrás y toda la magia de El Alhambra al frente, entre jazmines y azahares. Que le acompañen las olas.

Wednesday, 30 March 2016

Tía

Mi tía Irma es la penumbra, los gatos, la lluvia,  los primeros cigarrillos, las canciones de Roberto Carlos al despertar, la libertad, las risas de regreso a casa, los consejos, el temperamento de volcán risueño, la noción del amor sin papeles, los refranes lapidarios, la camaradería sin esquinas dudosas.

Feliz cumpleaños, cajita de sueños.



Tuesday, 29 March 2016

Jesús y el perro

And I swear to you
That I would never feed you pain
But you're staring at me
Like I'm driving the nails
In your Jesus Christ pose



Esto está a menos de cuarenta horas de mí, y siento ya un ejército de polillas haciendo presión contra las paredes de mi estómago, desesperadas por ir a incinerarse en la luna de esos ojos.  Pasa, tiempo.




Sunday, 27 March 2016

Chocolate Jesus

— Bueno, pero déjenos hablar, váyase ya.
—¿Qué pasa, papá? ¿Quién tiene que irse?
—Un mendigo borracho, que quiere un peso.
—Ay, pobrecito...
—A ver, que mi hija dice que pobrecito. Aquí tiene el peso; vaya y no peque más.

La caridad, a uno y otro extremos del mundo, pasada por el tamiz del amor.



Saturday, 26 March 2016

De lo imposible, explicado

—En realidad es muy fácil. ¿Recuerdas el cuento de Joyce? Bien, pues imagina que Obama es el Diablo, Raúl Castro el Gobernador, y Cuba el gato.

Friday, 25 March 2016

Entre ausencias y olvido

Y también esto, que viene a desbaratar cualquier ilusión que podría tener sobre lo difícil que es enamorarme.




La mañana en Santiago (de Cuba) y la noche en París

Me he encontrado esta joyita, melancolía de viernes santo, charquito de agua clara para caderas que se acuerdan.
Y amén, claro.




Wednesday, 23 March 2016

Opciones

Podría decir pienso en ella como todo el mundo y me asusta pero. Podía decir quizás. Podría decir no me hagas reír. Podría decir no sé qué contestar. Podría decir son mis ovarios, en guerra. Podía decir que no opino nada original sobre el asunto. Podía decir mierda. Podía decir el mismo tobillo del mismo lado derecho. Podría decir siempre. Podía decir hasta ahora, sólo uno. Podría decir no estoy segura. Podría decir epitafios, al menos siete. Podría decir no llueve hoy.


Tuesday, 15 March 2016

Piton

—Buenos días. Vengo a que me lea la mano.
—Dice que va a tener sexo con la vidente.
¿Sí?
 —Se lo ha escrito con bolígrafo.
—Yo creo en el destino.
—Vidente es con v.

No he podido evitar la risa. Este chiste resume mi posible carrera de pitonisa tan ricamente que no es para menos. Casandra, nos mudamos.

Mariana. Foto: the old man down the road







































Feliz día, mi amor


Monday, 14 March 2016

Cierra el Westinghouse, que se descongela

 Que todo tiene su encanto
como la gente del campo...

 Frank Delgado



La capacidad de resumen es fundamental para un escritor, leo, y estoy plenamente de acuerdo. Pero no sólo para quien garabatea con más o menos éxito vale el concepto de que lo bueno, si breve, es dos veces bueno.

Hace unos años, la hija pequeña de mi vecina Ana Margarita le preguntó a la madre quién era Celia Sánchez, porque necesitaba datos para una tarea escolar.

"¿Celia?", le respondió Ana en el acto. "Celia era una puta que andaba por la sierra templándose a Fidel, con la cabeza llena de mariposas."

Ahí estaba: la combatiente de la sierra y el llano y hasta del Monte de Venus, explicada en una ráfaga de honestidad plebeya, sin par cervantina. 

Eso, pensé entonces, y sigo pensando ahora, es saber resumir. Hem, desde la poltrona, asiente.

Wednesday, 9 March 2016

Por una vez, Alicia

Alicia tenía setenta años cuando la conocí, pero aparentaba al menos veinte más. Era frágil, de color tórtola, y vivía en la parte trasera de la herrería, en una casita siempre en sombras que olía a hierbas.

Me gustaban su nombre y los tilos que ofrecía, y sus estampas de santos, y sus comadritas, por eso iba con mi abuela a visitarla; sentada en una sillita mientras ellas conversaban a golpe de balance y penca, observaba la vida pasar por su patio pequeñito y rebosante de flores y plantas aromáticas, con una verjita de hierro oxidado que daba al pozo en que se había ahogado el niño.

En el recuerdo se me quedaron sus violetas, la manzanilla que crecía cada vez más, los claveles y cajigales junto a  las brujitas y las campanillas. La mejorana, la colonia y el orégano plantados en laticas de carne rusa, la verbena con sus flores azules y espigadas: todo un mundo verde y sencillo.

Me pregunto qué habrá sido del patio de Alicia, del ramo de millo con la cruz de palma bendita tras su puerta, del eterno vaso con flores adornando el altarcito en una esquina de la sala. Me pregunto si sus nietos la recuerdan como yo o si ha pasado demasiado tiempo. Algún día les preguntaré, si me atrevo. Mientras tanto, sigo pensando en ella cuando veo los nomeolvides de mi jardín, mustios de lluvia, pero aún azules, aún vivos.

Tuesday, 8 March 2016

Arbol de la esperanza: manténte firme

Sepia, pelo negro, melancolía, pinceles, cuartos oscuros y la capacidad de pensar con alas y sentir con la izquierda y desnudarse de cobardías y aceptar que el dolor es un hatajo y que si sangramos de un labio roto o de una espina dorsal rota o de un himen roto o de un sueño roto es porque podemos, carajo, y eso basta para mover el mundo.







Friday, 4 March 2016

Mapa de mí

Hace unos días  me preguntaron si me regía por la moda, o si tenía estilo propio. Respondí con lo que en ese momento me pareció que era toda sinceridad, pero luego me quedé rumiando. Rumiándome. 

Me gusta el jazz. Me gustan los contrabajos con sus deliciosas y gruesas cuerdas. Me gustan los vestidos cortados a la cadera y las vueltas de perlas, el vino tinto, las tardes de otoño y las miradas largas. Me gustan las medias de nylon de liga muy ancha y trabajada. Me gustan los hombres elegantes que huelen a cigarrillos mentolados. Me gustan las carátulas de los discos de Sinatra.

Me gusta la trova. Me gusta el chisporrotear del acetato bajo la aguja. Me gustan las serenatas y el muro del malecón. Me gustan las faldas muy largas y las sandalias apenas existentes. Me gustan las gardenias.

Me gustan el rock y las melenas. Me gustan los años noventeros repletos de rugientes efebos vestidos de flanela, lanzándose sobre el público expectante. Me gusta sentirme en medio del concierto, estrujada, sudorosa, saltarina, vibrante de euforia, una con la música. Me gustan las botas y los cardigans demasiado grandes. Me gustan las bufandas tejidas y los mitones. Me gusta la lana.

Me gustan los idiomas y la literatura, la gramática, los conceptos intrincados, la ambivalencia y los juegos de palabras. Me gustan los libros grandes y pesados que me hacen suya y se niegan a dejarme ir hasta estar totalmente satisfechos. Me gustan los filósofos que predican que los fenómenos más complicados son también los más simples, porque es algo en lo que creo. Me gustan los libros que juegan con mi percepción de la realidad, y las películas que hacen lo mismo. Me gustan las conversaciones.

Me gusta observar las cosas pequeñas. Me gusta encontrar coincidencias y creer en ellas siempre y cuando sean ligeras y luminosas e inofensivas; trato de ignorar las predicciones funestas, incluso las propias.

Me gustan la ironía y el sarcasmo. Me gustan las carcajadas y los abrazos. Me gustan las pantallas de cine con su perpetua llovizna. Me gusta Chagall.

Me gustan las noches del trópico, los truenos y los grillos. Me gustan las tardes de cuervos y nubarrones, las mañanas nubladas, el mar y los jardines espesos. Me gustan la hierba y el musgo y los arroyuelos entre las montañas. Me gustan los aguaceros. Me gustan las sombras.

Me gusta el sexo sin tapujos, sin fronteras ni carteles de "No toque" o "No pase". Me gustan las alternativas que hacen esquina. Me gusta la gente que se siente a gusto dentro de su propia piel, pero sobre todo dentro de su propia cabeza. Me gustan los tatuajes, las manos grandes y las cicatrices. Me gustan los regazos.

Me gustan las legumbres y los vegetales. Me gustan los filetes a medio hacer, con salsas y granos de pimienta que arden en la lengua. Me gustan las marmitas. Me gusta el té.

Me gusta la gente inteligente, la gente elocuente, la gente sabia, la gente amistosa, la gente que se te mete en el corazón pero sin ocupar demasiado lugar. Me gusta el humor negro. Me gusta la gente honesta, la gente apasionada, la gente compasiva, la gente mordaz, la gente diplomática, la gente que toca guitarra, la gente que lee mucho, la gente tímida, la gente que sonríe. Me gusta estar con esa gente, y reír y conversar y discutir y cambiar el mundo.

Y me gusta estar sola.

Thursday, 3 March 2016

De almas y metales

Una amiga me cuenta que se siente sola. Sentir soledad no es lo mismo que estar solo; ella lo sabe, y separa los pedazos, pero aún así se ahoga un poco, y mientras lo sé no se me ocurre nada mejor que arrullarla con frases que se caen de gastadas y que no se sustentan de los sentidos, porque es lo que toca.
 Luego me he quedado triste, con esa tristeza que produce no poder sanar, y he recordado un cuento que alguna vez escuché:

En la mañana del  tiempo los hombres fabricaban armas hechas de piedra, que se rompían al usarlas; después de muchos siglos las substituyeron por armas hechas de hierro, que eran mucho más resistentes pero que en cambio tendían a herrumbarse. Entonces apareció un herrero, que tuvo el feliz accidente de crear un metal que llamó "acero"; pero para que el acero se temple, tiene que pasar la prueba de los elementos: fuego, para derretirlo, agua y aire para fortalecerlo, y yunque y martillo para moldearlo. Todo ese largo proceso es no solo necesario sino indispensable, para lograr la espada que conquista, la herramienta que dura.

La moraleja del cuento puede parecer obvia: la fortaleza sale de las pruebas vencidas, pero no lo es;  la moraleja es que lo importante no es ser fuerte, tanto la piedra como el hierro son fuertes en principio: lo importante es ser flexible. Moldearse es la única manera de sacarle ventaja, por mínima que sea, a las perrerías de la vida.

Y no estoy segura de que sirva de consuelo, pero voy a contárselo, para que quede que no estuvo quieto, agazapado, y porque a lo mejor a su soledad le gusta, y da tregua.






Wednesday, 2 March 2016

Mujer con lluvia y pasado

Pienso "mad" y aparece Hettie la Loca,
con todo y su sombrero de paja en la llovizna londinense,
sus doscientos cuarenta y siete años
y su fama de arúspice que no podría haber sido.  
Leo que Izzy no estará en el
reencuentro de las rosas y las pistolas,
y me parece cierto pero triste,
a propósito de la lluvia de noviembre
y de la paciencia que cada vez me cuesta más tener. 
Siento una estrella negra de tinta reptar hacia
mi muñeca derecha,
morderle el lóbulo de la oreja al rey,
reclamar su espacio,
con una venda sobre los ojos en forma de botón
que habrían sobrecogido a Coraline,
y lo considero justo y necesario,
 por aquello de los gatos y las entrañas calientes.
Y en medio de todo esto,
 la ley más válida es aún la de los pilotos viejos:
si dudas, mantén la altura; nadie se ha estrellado nunca contra el cielo.









Wednesday, 24 February 2016

Eres lo que en mi para siempre, country version

Hal

Cuando era muy joven, quería ser otra. Otras, en realidad, porque las otras me parecían siempre más bellas, más seguras, más gráciles, más sensuales que yo misma. Ahora también me lo parecen, pero al mismo tiempo ya no me preocupa. Ahora me mortifica no tener suficiente tiempo para ser yo, y quiero ser yo mientras pueda, todo lo que pueda. Y si no fuera yo, querría ser Eva, y ser sabia y vieja de tres siglos, y leer libro tras libro con sólo rozar sus páginas, y que me amara un vampiro introvertido que escuchara a Tom Waits, y tener al John Hurt que escribía para Shakesperare como mecenas, y que Tanger se me abriera de venas así, cualquier noche de un día.