“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Sunday 29 March 2015

Ramos de domingos y jesúses de chocolate

Esta noble casa y sus menos nobles dueñas se largan a Leche Cortada, no sin antes desearles a todos los que tengan la peregrina idea de llegar por estos andurriales, una Semana Santa para gente decente.

Pórtense bien, (y si quieren portarse mal háganlo solos, carajo, que Judas Iscariote se ahorcó sin más barullo); disfruten el sol, los huevos y los retoños; amen mucho, gasten poco, y recuerden que el único mandamiento que cuenta es el onceno: No joderás a tu prójimo bajo concepto alguno.

¡Abur, ciudadanía!


Saturday 28 March 2015

Tristecina

—Mi mamá sabe hacer pizza. Y tú, ¿qué sabes hacer?

La pregunta me toma por sorpresa. Es rubia, y lleva botas verdes, y un gorro demasiado grande que le cae sobre los ojos; algo, que por alguna razón adopta la voz de Nitza, me dice que lo que su madre sabe hacer es descongelar una pizza y ponerla a hornear, así que decido irme con una verónica:

—Sé hacer algunas cositas. Albóndigas, por ejemplo. ¿Te gustan las albóndigas?
—Si, y también las salchichas.
—Qué bien. ¿Y cómo te llamas? 
—Tuva, y no tengo papá. 

Este es el tipo de situación que me hace desear con todas mis fuerzas tener una máquina del tiempo. Si la tuviera, no habría salido a beberme la dichosa copa al jardín, mientras ellas se columpiaban. Ahora no me queda más remedio que decir algo. 

—Bueno, a veces ocurre eso. Algunos no tienen papá, y otros no tienen mamá, como Pippi Mediaslargas. ¿Sabes quién es Pippi?
—Si— responde, mirándome muy fijo, sin saber a dónde quiero llegar.
—Bueno, pues Pippi no tenía mamá, sólo un papá que era capitán de barco y Rey de los Negros.
—¿Por qué no tenía mamá?
—Porque su mamá había muerto— digo, mordiéndome el labio inferior.
—Mi papá no ha muerto. Vive en otro país, con otra esposa, pero yo no sé dónde porque no le importo...

Y es aquí que me callo, y la miro, y me mira, y sé que espera que diga algo más, o a lo mejor no, porque a la edad de siete años ya está acostumbrada a ciertos silencios sin explicación. Un minuto más tarde va a correr detrás del gato, chillando de entusiasmo, mientras yo regreso a mi libro. La copa ha de esperar a más tarde; a quién se le ocurre beber con el corazón lleno de agujeritos.

Can't find a Vedder man

"...no, that one, the one with all the black hair...Yeah, her."


Estampas

 Son mis vecinos en Cuba.

 Él, judío de segunda generación y por tanto apodado El Moro, fue durante años el loco del barrio, siempre descalzo y a medio vestir, sentado a la entrada de una casa que en su momento fue suntuosa, y que ahora se le estaba comenzando a caer encima. Ella es una bandida: rapaz, fiestera, suelta de lengua y en su tiempo de bragueta.

 Por alguna razón terminaron juntos y ella, a fuerza de maña y trabajo, resucitó la casa y la ha dejado como estaba antes, pero además se le ocurrió la brillante idea de alquilar por horas tres de las cuatro habitaciones que tiene. O sea, ha puesto un burdel, pero sin putas fijas. El único trapiche que yo he visto funcionar efectivamente en mi vida, es ese: la molienda es imparable, por ahí nunca han pasado las horas negras del tiempo muerto.


Hay un viejito que pasa cada día muy temprano, con una caja de madera atada al portapaquetes de su bicicleta, llena de pan recién horneado para vender. Es muy simpático, extremadamente educado, siempre me echa la bendición, y me pregunta cómo dormí, y me cuenta qué número salió en la charada.  Una mañana, mientras me daba el vuelto, se quedó mirando para la ventana de la casa de Ellos que da a la calle, escuchando la música que se filtraba por entre las persianas -invariablemente Marc Anthony o Álvaro Torres, dependiendo del grado de romanticismo del guajiro de turno: sin esos dos no hay sandunga posible en los pueblos del interior cubanos- y me dijo bajito:

—Este reloj mío, se atrasa. Marca las siete y cuarto, pero debe ser mucho más tarde, porque yo no puedo creer que haya cristianos "en eso" tan temprano...
 Nunca se sabe, la gente está del caramba... le respondí yo, y me despedí de él, y fui a morirme de risa entre mis helechos. 


Friday 27 March 2015

Pink Jam


Wet in Seattle

Seattle es la única ciudad de los Estados Unidos en la que pienso con añoranza, a pesar de no conocerla. La culpa, por supuesto, es del grunge, de las horas pasadas con el brazo de Eddie Vedder rodeando mi cintura, pero también de la lluvia, porque sé que allí llueve constantemente -como en Bergen, donde siempre es primavera de lilas y charcos tiernos para chapotear con botas de bolitas- y yo soy capaz de amar incondicionalmente casi cualquier cosa que esté asociada a un aguacero.

La idea de estos chicos de aprovechar la lluvia para hacer arte ha sido la curita en el alma de la semana, por demás muy triste. Más désto, Viejo del Cielo.









Pero, además, una pequeñísima dedicatoria: Romualda querida, cómpice de hemingways, melenas y causas perdidas, esta va para ti. La fuerza y Pinto están contigo; dale, que tú puedes. :))






Thursday 26 March 2015

Del horror, una repuñetera vez más

Según el diario, el sistema del avión de Germanwings que se estrelló hace dos días sobre los Alpes, cuando volaba de Barcelona a Düsseldorf, fue manipulado por uno de los pilotos para causar el accidente.

Hace tiempo que no lloraba así de pura rabia, de impotencia, pero hoy es el día. Nada en el mundo, ninguna enfermedad mental, ningún grado de desesperación, nada, absolutamente nada justifica que alguien arrastre consigo a la muerte a ciento cincuenta inocentes, entre ellos quince adolescentes y dos bebés.

Ahora mismo me encantaría creer que hay un infierno, y que este hijo de puta va a parar allí; sería un consuelo. Lastimosamente, cada vez estoy más convencida de que el infierno es esto, aquí, ahora. 

Monday 23 March 2015

Riversiding


―¡Pototo, suéltame ya, mira que me tienes lleno!― decía mi papá.
―¿Pero por qué, Filomeno, si Pototo no ha hecho ná'? ―ripostaba yo, y los dos nos reíamos a carcajadas.

Tener cuatro años, un héroe, un montón de recuerdos heredados y cierta gracia monil, eso es lo único que hace falta para ser completamente feliz. Y paciencia, mucha paciencia.




Sunday 22 March 2015

Ask me how I know

Y resulta también que es domingo, y que anda esta cancioncilla sonando dentro porque para eso tiene una un papá, y una estrella azul a la que ir cuando se muera.



¡Aló! ¿Quién ñama?

Y resulta que el sitio existe y es amable, y que está repleto, y que el concierto es un éxito, y que Sting lleva barba y una camiseta que más bien parece una segunda piel, y venas gruesas como las cuerdas de ese bajo que lo obedece, y que se ve sensual, y seguro de si mismo.

Demasiado seguro. Desagradablemente seguro, incluso, según el periodista que reseña el concierto. Sobre todo cuando mueve las caderas mientras canta "Desert Rose". Y yo con ganas de decir como mi buena Elisa, cada vez que la sacaba de quicio alguno de aquellos subnormales que tenía por alumnos: "¡Ven aquí, demonio, que te voy a cocotear!"






 Ps. El periodista en cuestión  firma M. Ståle. La M es de Mienvidiacochina.

Friday 20 March 2015

Gabo para un eclipse

El padre Cayetano Delaura fue invitado por el obispo a esperar el eclipse bajo la pérgola de campánulas amarillas, el único lugar de la casa que dominaba el cielo del mar. Los alcatraces inmóviles en el aire con las alas abiertas parecían muertos en pleno vuelo. El obispo se abanicaba despacio, en una hamaca colgada de dos horcones con cabrestantes de barco, donde acababa de hacer la siesta. Delaura se mecía a su lado en un mecedor de mimbre. Ambos estaban en estado de gracia, tomando agua de tamarindo y mirando por encima de los tejados el vasto cielo sin nubes. Poco después de las dos empezó a oscurecer, las gallinas se recogieron en las perchas y todas las estrellas se encendieron al mismo tiempo. Un escalofrío sobrenatural estremeció el mundo. El obispo oyó el aleteo de las palomas retrasadas buscando a tientas los palomares en la oscuridad.

«Dios es grande», suspiró. «Hasta los animales sienten».

La monja de turno le llevó un candil y unos vidrios ahumados para mirar el sol. El obispo se enderezó en la hamaca y empezó a observar el eclipse a través del cristal.

«Hay que mirar con un solo ojo», dijo, tratando de dominar el silbido de su respiración. «Si no, se corre el riesgo de perder ambos» .

Delaura permaneció con el cristal en la mano sin mirar el eclipse. Al cabo de un largo silencio, el obispo lo rastreó en la penumbra, y vio sus ojos fosforescentes ajenos por completo a los hechizos de la falsa noche.

«¿En qué piensas?», le preguntó.

Delaura no contestó. Vio el sol como una luna menguante que le lastimó la retina a pesar del cristal oscuro. Pero no dejó de mirar.

«Sigues pensando en la niña», dijo el obispo.

Cayetano se sobresaltó, a pesar de que el obispo tenía aquellos aciertos conmás frecuencia de la que hubiera sido natural. «Pensaba que el vulgo puede relacionar sus males con este eclipse», dijo. El obispo sacudió la cabeza sin apartar la vista del cielo.

«¿Y quién sabe si tienen razón?», dijo. «Las barajas del Señor no son fáciles deleer».

«Este fenómeno fue calculado hace milenios por los astrónomos asirios», dijo Delaura.

«Es una respuesta de jesuita», dijo el obispo.

Cayetano siguió mirando el sol sin el cristal por simple distracción. A las dos y doce parecía un disco negro, perfecto, y por un instante fue la media noche a pleno día. Luego el eclipse recobró su condición terrenal, y empezaron acantar los gallos del amanecer. Cuando Delaura dejó de mirar, la medalla de fuego persistía en su retina.

«Sigo viendo el eclipse», dijo, divertido. «Adonde quiera que mire, ahí está».

Thursday 19 March 2015

Que no cansa, ni sofoca, y es un baile popular

Gente que, conociendo causa y cura de su padecimiento, se empeña en fastidiar al loquero. No lo entiendo, con tanto y tanto negro de chocolate que hay a la mano, barato y de índole mansa.



Tuesday 17 March 2015

in a box, in a house, in the rain, in the dark, with Neil

 Huevos verdes con jamón.
 O la magia del  Dr. Seuss, que saca guiños y gatos del sombrero  a los cinco años, y a los treinta y seis.
O el impulso de apartar un par de mechones de la frente de esta maravilla de hombre y dedicarle la primer sonrisa del día, y todas las que sigan.


Monday 16 March 2015

Freud y la buena samaritana

Ha tocado a mi puerta en la tardenoche de un domingo, y ha presentado un cartelito : "Tengo un hijo incapacitado. Por favor, ayúdeme con algo de dinero para sus medicinas." Detrás del cartelito, unos ojos muy azules y una mejilla izquierda surcada totalmente por una cicatriz hecha a navaja, antigua, rosa, con cada punto visible, perfecta.

La existencia del hijo enfermo es tan probable como que yo alguna vez tenga un perro llamado Motica, o ponga un ramillete de flores en el monumento a los niños héroes de Chapultepec; las cicatrices, en cambio, hablan, me hablan a mí, y es por eso, sólo por eso, que pongo dinerillo en su mano.

  "El pobre" -le he explicado luego a ella, que esperaba en la cocina con las copas y la curiosidad listas-, "a lo mejor es verdad, y aunque no lo fuera..." y he hablado del karma, y de la necesidad de hacer el bien sin mirar a quién, y de lo mal repartido que está el mundo, y ella ha movido la cabeza entre divertida y exasperada, y me ha dejado por imposible, ingenua novia de las causas perdidas.

Lo cual es bello, e instructivo.


Andy Warhol, photo by Richard Avedon.


Friday 13 March 2015

Un sombrero lleno de cielo


“If cats looked like frogs we'd realize what nasty, cruel little bastards they are. Style. That's what people remember.”
Terry Pratchett, Lords and Ladies
 
Ayer ha muerto Terry Pratchett, uno de mis autores favoritos. A Neil Gaiman debo haber disfrutado de sus libros, y con su obiturario, perfecto, como todo lo que escribe, me quedo. 
 
Buen viaje, Terry: vas de la mano de la mejor Muerte imaginable, escrita por ti.

Estirobastidores

— ...y tiene un nombre científico: antirobinasticidia. 

Eso. O el hecho de que mide seis pies y de que puede decir "You're not even holding that reit!" de la manera más sexy que oídos humanos hayan escuchado. Es viernes, y no estoy para buscarle la quinta pata al gato, al menos que el gato venga con una sonrisa de Glascow.




Wednesday 11 March 2015

Originales y copias, or closer to the heart




Proclamación de lunes primaveral

-Una florecita amarilla, solitaria y frágil es la felicidad.
-Los mensajes que comienzan con "mi niña" y "mi herma", son la felicidad.
-Las pompas de jabón que se hacen soplando despacio para que no se rompan y una mujer pueda volar en ellas, son la felicidad.
-Los puentes refractarios, son la felicidad.

Para todo lo demás están las tarjetas de crédito, el dolor en los pies y los viajes organizados a Egipto, Nigricia, Persia y Xenophonte.

Sunday 8 March 2015

Said woman, take it slow, and things will be just fine


8 de Marzo. Día de la Mujer. Así, en mayúsculas políticamente correctas. E inútiles. E hipócritas.

O un domingo cualquiera, de esos que las mujeres nos empeñamos en construir a fuerza de entrañas revueltas y un amor que nos toca porque sí, como un latigazo, para que siga funcionando el mundo que nos saca los ojos. Domingo para estrenar comic:




y para escuchar a Nina Simone, que además de ser para siempre mujer, talentosa y negra, era "the real thing".





ps. A estas portadas del comic le faltan los colores porque estos pillos se los robaron. Los originales pueden ser encontrados aquí.

Saturday 7 March 2015

The very thought of you

Hoy cumple años el hombre de mi vida. Nunca sabré bien decirle lo mucho que lo quiero, ni cómo lo encuentro cada noche en las estrellas que me enseño a reconocer, ni cuánto daría por volver a nuestras tardes de jazz y domingo y quedarme a vivir ahí, sobre sus zapatos. O sí, pero por ahora, esto.


Friday 6 March 2015

Amigadurías de viernes

"... ¡y son todos unos idiotas! En nuestra próxima vida, hemos de ser lesbianas; así  todo será más simple, y más civilizado, y más  bonito. ¿No crees?"

Y he respondido que sí, que claro, que lo seremos, que faltaría más, con todo el entusiasmo que he podido, porque los amigos están para decir lo que uno quiere escuchar y ya está. Cuando se le pase la rabia le recordaré que existen ejemplares como Clive Standen, o el elfo de la caja derecha, que justifican cualquier barrabasada de sus compañeros de sexo, y ella estará de acuerdo, y beberemos Prosecco helado para celebrarlo, y  todo volverá a la anormalidad.
Lo cual es bello, e instructivo.





Thursday 5 March 2015

Nana de la lobotomía

¡Coño, qué jodienda!
Siempre la misma cosa,
la misma gente,
la misma mierda.

Canción de cuna con la que mi prima T.  arrullaba a su muñeca.

Pocos años depués se iría a vivir a la Florida y perdería para siempre cualquier pluma de ángel que le tocara -no es un caso aislado, lamentablemente: Miami sorbe sesos como como el oso de Dalí hormigas, creo que es algo que Fidel echó en el agua de los Everglades en algún momento de los 60- pero de niña, en Cuba, era una iluminada.

Tuesday 3 March 2015

Al tuerto Zanoni, mi monstruo personal

Ayer te he esperado en sueños, escondida en la esquina de la zapatería, y te he atravezado la sien izquierda con un cuchillito sin que me temblara la mano, más bien con un espíritu de violetas.

Lo siento. Eso no quiere decir que te perdone el nudo en el estómago que me producía sentir tu ojo de sapo azul, retorcido y acuoso, siguiéndome allí donde iba; ni tu manía de acecharme; ni tus notitas lúbricas repletas de faltas de ortografía porque además eras interminablemnte bruto; ni tus patéticos intentos de mirar por debajo de mi falda con el dichoso espejito, o sentándote justo frente a mí cuando formábamos círculos de lectura en el suelo. Quiere decir que en mi sueño tienes aún trece años, y por más vicioso, bellaco, nauseabundo y ruín que se sea, como tú lo eras, a esa edad nadie merece una muerte así.

No te imaginas el alivio que sentí cuando desperté. De haber sido cierto el homicidio habría yo creado el fantasma más hijo de la gran puta que pueda alguien imaginarse: tiemblo al pensarlo.

Desagravios

Ay, digo, y se me ocurre un rosario de mimos. Ay.


Monday 2 March 2015

Requiem for Mr. Duplicity

Hay canciones destinadas a arder, como las ortigas, y esta es una de ellas. La suerte es que me guste tanto, porque últimamente me persigue, como si quisiera recordarme que el Universo se entera, y reacciona. Y yo ya lo sabía, pero no importa.


Salomé

—¿Y entonces? ¿Qué te pareció Mr Gray?
—Fantástico. Definición por excelencia del morbo.
—Sí, ¿verdad? Yo he pensado lo mismo, me ha encantado.
 —Es apenas lógico, después de todo estamos hablando de James Spader...

Y sin esperar a que la luz se hiciera o no en su cerebro me he largado, saboreando la primer alevosía de la semana, fresquita y barata, sin sabor a vainilla.






Sunday 1 March 2015

Sister, you've been on my mind...

Magdalena no era pálida sino color chocolate, y cuando lloraba lo hacía a berridos y poniendo en blanco unos ojos de animal de monte que habían heredado el estrabismo franco de sus padres. Su pelo era un reguero en el que podrían haber anidado las garzas que nos rodeaban, y tenía unos pies decrépitos que parecían llevarla siempre en dirección contraria a la ternura.

Las otra chicas la acosaban constantemente, la dejaban perderse en los trillos de una cháchara incesante en la que se mezclaban los dolorosos cuentos de su vida -la miseria de la casa, los golpes del padre, los gritos de la madre, los maridos de Barbarita, que sólo tenía trece años...- y la fantasía de un futuro mejor que se tornaba oscura en cuanto ella abría la boca para dibujarla. Cuando se cansaban de mortificarla, de reirse de su tartamudeo y sus espasmos, la ahuyentaban de malos modos, y ella se alejaba con la tristeza entre las piernas.

Yo la veía venir por el pasillo, entre la hilera de literas, con el paso cansado de los vencidos. Cuando llegaba a mi le sonreía y ella me miraba largo, como tratando de ubicarme en la maraña de su mente. "¿Hoy no me vas a dar dulce?", decía finalmente, y yo buscaba la latica de leche condensada hervida y ponía una cucharada de la mezcla prieta y pegajosa en su mano flaca. Entonces aparecía, lenta y loca, la sonrisa, abriendo la boca de zapote.

 Hoy la he soñado, y el desasosiego de su imagen lastimosa se me ha metido en los huesos. Qué pena, Magdalena, que la vida no sea un pegote azucarado en la palma de la mano de una niña que se aleja lamiéndolo muy despacio...