Y digo yo, ¿no se le ocurriría a nadie echar mano de un pedacito de hielo, un pellizquito, algo? ¿Había que retratarlas así no más, despezonadas, sin un estremecimiento siquiera? Las pobres...
Friday, 16 September 2011
Se compran pezones
Un almanaque famoso, un fotógrafo excelente, una modelo bonita, y unas tetas que empiezan bien pero terminan medio raro, como los edificios que construyen en Cuba para inaugurarlos el 26 de Julio.
Y digo yo, ¿no se le ocurriría a nadie echar mano de un pedacito de hielo, un pellizquito, algo? ¿Había que retratarlas así no más, despezonadas, sin un estremecimiento siquiera? Las pobres...
Y digo yo, ¿no se le ocurriría a nadie echar mano de un pedacito de hielo, un pellizquito, algo? ¿Había que retratarlas así no más, despezonadas, sin un estremecimiento siquiera? Las pobres...
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También espero una foto Scarlett Johansen desnuda. Zingarino
ReplyDeleteEsperaéis harto, porque esa no entra en mi reino. Ahora si pide una de la Bellucci va y hacemos concesiones.
ReplyDeletejajajajjajaja, ay guardarraya, ligero detalle en el que nunca me habría fijado. Pero el Hv. que es hombre sabio, ya le encontró un buen uso
ReplyDeleteSi yo fuera esa rubia, hasta que digan ¡pop! no hay quien tire la foto. Andar por ahí con tan poco donaire no es de cristianos.
ReplyDeletePues claro! Es que hay gente a la que hay que dárselo todo masticadito, si no, no actúan...
ReplyDeletecoño semejantes tetas asi mustias, son como un daiquiri sin ron..una vulgar limonada frappe...
ReplyDeleteBueno, tampoco hay que exagerar, que lo único que le hace falta a la pobre muchacha es un empujoncito. No está como para hacerle ascos, con pezones o sin ellos, seamos francos.
ReplyDeleteRealmente para mi unas tetas son solo eso, unas adecuadas glándulas mamarias, pueden ser de cualquier tamaño y medida, tuertas o mironas, busca lunas o tristonas, como huevo frito o melones, realmente lo importante no es el plumaje, sino el pájaro.
ReplyDeleteAhora si, es una perversidad ponerse a pensar en el hielo y la cosquilla, en la mamada o la mordida. La lujuria de ciertos descocados es lo que hace salir al sátiro de su cueva.