Y me pasé una hora dando vueltas, husmeando, tratando desesperadamente de localizar el dichoso olorcito -¡tan familiar!-, con El Guayabero sonándome en un rincón de la cabeza, hasta que encontré el pedacito de blusa manchado de salsa de bacalao.
Por alguna razón, ahora mismo el tan ansiado romance con la Bellucci me resulta menos tentador...
http://www.youtube.com/watch?v=OUd5f3aWyiE
ReplyDeleteDudo que un romance con la Belluci pueda dejar de ser tentador para alguien. Ni las monjas de clausura de mi pueblo se escapan de tales debilidades. Bravo por Faustino, Marieta y los troles nordicos.
ReplyDeleteYo dije "ahora mismo". O sea, en aquel momento. Ya se me pasó el excepticismo.
ReplyDeleteque bueno!!! rectificar no es de rubias!
ReplyDeleteOhhhhh, no. No pienso caer en la tentación de despotricar sobre las rubias.
ReplyDeleteSió! digo, Mariana. Sió!
Cojan la cola, cojan la cola!
ReplyDeleteel bacalo de la belluci es atemporal.
ReplyDeleteY el de Ana Nora Calaza?
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