Hubo una vez en que para ir a la playa bastaban un peine y una toalla. Al campismo llevábamos una lata de galletas y una caja de refrescos, y con eso era más que suficiente. Y cuando pudimos viajar, ¡qué ligeritos de peso fuimos!
No sé si la edad va creando necesidades, o si son las necesidades las que nos ponen viejos...
Y a las fiestas íbamos en botas, cantando una canción de Lennon!
ReplyDeleteY no hacía falta llamar para ir de visita, y nos reíamos de los calvos...
ReplyDeleteY recorríamos las distancias que hicieran falta, pasando tremendo trabajo, para ir a un buen concierto!
ReplyDeleteEs la sociedad de consumo la que te crea las necesidades.
ReplyDeleteEn Cuba teníamos el con-su-mismo y con esa ilusión llenándonos los bolsillos, como único equipaje, nos íbamos a cualquier sitio.