Seattle es la única ciudad de los Estados Unidos en la que pienso con añoranza, a pesar de no conocerla. La culpa, por supuesto, es del grunge, de las horas pasadas con el brazo de
Eddie Vedder rodeando mi cintura, pero también de la lluvia, porque sé que allí llueve constantemente -como en Bergen, donde siempre es primavera de lilas y charcos tiernos para chapotear con botas de bolitas- y yo soy capaz de amar incondicionalmente casi cualquier cosa que esté asociada a un aguacero.
La idea de
estos chicos de aprovechar la lluvia para hacer arte ha sido la curita en el alma de la semana, por demás muy triste. Más désto, Viejo del Cielo.
Pero, además, una pequeñísima dedicatoria: Romualda querida, cómpice de hemingways, melenas y causas perdidas, esta va para ti. La fuerza y Pinto están contigo; dale, que tú puedes. :))
Sister, you are always on my mind. Love you Marianita :) mañana me voy para tu isla.
ReplyDeleteLove you too! Disfruta el viaje, llénate de polimitas y amapolas por las dos. Y si vas al Cobre, ya sabes. :))
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