O la magia del Dr. Seuss, que saca guiños y gatos del sombrero a los cinco años, y a los treinta y seis.
O el impulso de apartar un par de mechones de la frente de esta maravilla de hombre y dedicarle la primer sonrisa del día, y todas las que sigan.
¡Cuántas veces no leí este libro! De hech,o, cuando mis nóos eran unos vejigos recorta'o (no te rías), yo les leía Hay un Woquillo en mi Bolsillo. Pues, sí, traducción simultánea que tú conoces.
ReplyDeleteSaludos desde Londres.
¿No es maravilloso? Vuelve uno a ser niño, cada vez. :)
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