¡Coño, qué jodienda!
Siempre la misma cosa,
la misma gente,
la misma mierda.
Canción de cuna con la que mi prima T. arrullaba a su muñeca.
Pocos años depués se iría a vivir a la Florida y perdería para siempre cualquier pluma de ángel que le tocara -no es un caso aislado, lamentablemente: Miami sorbe sesos como como el oso de Dalí hormigas, creo que es algo que Fidel echó en el agua de los Everglades en algún momento de los 60- pero de niña, en Cuba, era una iluminada.
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¡Habla, pueblo de Aura!