Después de casi quince años he vuelto a ver "Vale la pena".
Me faltan, claro, el balance y la bata de casa, las chancletas con la mariposita calada y todos los huesos del cuerpo que se resistía a dejar la niñez, pero el interés está intacto. Era uno de los pocos programas que me gustaban de aquella televisión infame a la que un viento estepario le había robado la imaginación, y me sigue pareciendo bueno, aún con la bota de la censura puesta sobre su presentador.
Es bueno comprobar que hay cosas que no cambian, que hay gente que sigue ahí y a los que se puede volver, gente que tiene un pedacito de nuestro pasado cosido en la solapa, aunque no lo sepan.
No comments:
Post a Comment
¡Habla, pueblo de Aura!