...y he estado a punto de responder que sí, que es cierto, que lo sabía pero que a los treinta y seis años tiene una que perimitirse ciertos lujos, como el de ser su propia Casandra, pero en cambio le he dado un aletazo de voz más a esto, que me llegó con una dedicatoria morena y llenó de mediterráneos y risas mi viernes.
Si se trata de curitas y gorriones, no tengo que buscar mucho.
¡Cómo no compartirlo, paya mía, si la tijerita se quedó sin filo cuando nos recortaron!
ReplyDeleteReina mora, el día en que usted y yo compartamos sofá, vino y melena tendré sólo una cosa que decirle al resto del mundo: ¡huigan y escuéndanse, malditos!
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