Ahora mismo, en algún lugar de la islita que Democracia no conoce, hay una muchacha preparando un cocktail molotov de buen rock para exorcizar la melcocha de mañana. Contra una O'Riordan en su punto no hay Neruda que valga, qué caray. ¡Ni mil Nerudas!
Viva Neruda con canción desesperada incluida!
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