Con paso resignado -reacomódese a gusto la palabra- que pretende ser ligero se adentra esa loca Mariana en la treintena.
Todavía le parece que hace sólo unos años de aquella muchachita quinceañera que deambula por el vídeo del Boris y no pierde la esperanza de que la vuelvan a llamar "flaca", pero al mismo tiempo está satisfecha con quien es porque ha aprendido que el tiempo es oro.
Ha comenzado el día con un panqué de zanahoria y el Testamento Ruso de Anna Politkovskaja, regalito de los suyos, y si la conozco bien lo terminará con Gun'N'Roses y una copa de vino talla XL, como manda el rey.
Y para que luego no diga, hoy cocino yo.
Postalita de parte de los suyos. Cabe alguna duda de que es ella en un cucurucho?
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¡Habla, pueblo de Aura!