“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Thursday, 9 September 2010

Si me pides el pescao...

"Un hombre es violado en la "Plaza del Pescado" de Bergen, ante los ojos atónitos de turistas y paseantes."
El encabezamiento de la noticia me sorprende. Algo tan brutal, a plena luz del día y en público suena tan lejos de la Noruega que conozco, donde los crímenes de caracter sexual son más perseguidos aún que los homicidios...Sigo leyendo:
"Un hombre de sesenta años fué  arrestado ayer en Bergen por haberle practicado sexo oral a otro hombre en la céntrica Plaza del Pescado. Ambos sujetos se hallaban en estado de embriaguez."

Acabáramos. La violación de que se habla son dos borrachos a quienes se les moja la canoa. Y para eso dejó una enfriar el café?
No se me malentienda. Estoy completamente de acuerdo en que la policía interviniera y entablara una denuncia contra el..cómo llamarle...felador de marras. Por alteración del orden, por conducta inapropiada, etc. Pero vamos a poner los pies sobre la tierra: no fué una violación. No hubo coerción ni coacción,  penetración o daños psíquicos -el ofendido se enteró de lo que le habían hecho cuando lo montaron en la patrulla-. Ni siquiera hubo erección, por el grado de intoxicación etílica del infelíz agravado. Estuvo mal hecho, sí, pero tampoco hay que exagerar.

Señores alarmistas, en aras de contribuir a que adquieran una visión más apropiada sobre la diferencia entre estupro y repello, les aconsejo que se den una vueltecita por Barataria. Allí encontrarán, además de un oráculo, varios camellos en los que podrán experimentar toda suerte de toqueteos impúdicos y fraseología explícita. Será una aventura, se los aseguro, pero lo más sorprendente de todo será descubrir que cuando se bajen del peculiar vehículo todo seguirá como antes. Y en caso de que se sientan ofendidos, cualquier local puede hacerles el favor de escribirles en el diccionario de bolsillo las mil y una maneras de cagarse en la madre del repellador. No hay nada más refrescante, créanme.
Cuando regresen, traigan consigo un poquito de tal relajamiento, y dejen la terminología trembunda para cuando se necesite en serio, de manera tal que los que aún leemos el diario podamos seguir haciendolo sin temor a que las noticias sean sobre lobos y zagales.


  Foto: The Pogues, uno de los mejores grupos que conozco. El que no haya coreado  "Dirty Old Town" con  una botella y media de vino entre pecho y espalda no sabe lo que es la vida.
                        

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