Es una película para los fuertes de estómago, para los que se quedan ahí a sabiendas de que lo que van a ver les va a patear el alma. Pero sobre todo es una película para los que, como yo, piensan que las relaciones humanas son más complicadas que cualquier cliché, y que explicarlas o encasillarlas es tan fútil como arar en el mar. El corazón es como una cebolla: por cada capa gruesa y jugosa de sentimientos impuestos por los prejuicios y las tradiciones hay otra finísma, débil y transparente pero tangible y entrevenada de secretos.
Con esas capas hizo Liliana Cavani "El Portero de Noche", y sobre esas capas construyó Charlotte Rampling su personaje, una de las actuaciones más brillantes que he visto jamás.
perdímela.
ReplyDeleteEncúentrela ya y véala con los ojos bien abiertos, vale la pena.
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