El otoño le ha dado a un puñado de gentiles damas por tirarse fotos frente al espejo, en el traje de Eva y poniedo cara de pescao en nevera. Muy novedoso y sobre todo interesantísimo, si hemos de creer a los infelices que redactan los diarios.
Cada día son noticia los morritos de la Moore, de la Hatcher y de cualquier otra señora debidamente siliconada y estirada. Verlas, móvil en mano frente al espejo, en bikini y gafas de sol -no entiendo lo uno ni lo otro, pero tampoco pienso esforzarme- haciendo pucheritos para su público podría ser enternecedor, pero el ridículo lo impide.
Que se desnuden y lo muestren a través de Twitter me parece fantástico. Que sus desnudos sean noticia una y otra vez ya no tanto, porque después de todo uno compra el periódico para leer sobre "lo nuevo" que ha pasado en éste perro mundo mientras dormíamos, y una tipa en cueros hace mucho tiempo que dejó de ser novedad. Y que digan que el mensaje que quieren transmitir con sus aspavientos es que cada mujer debe estar orgullosa de su cuerpo y no temer mostrarlo me resulta abiertamente asqueante.
A ver si terminan de metérselo en sus sosas molleras, queridas señoras: si una mujer tiene reparos a la hora de exibir su cuerpo, por la razón que sea, no será precisamente la visión de otro cuerpo femenino, perfecto en su plasticidad, sin edad ni historia, seguro y avasallador, lo que la aliente.
Enseñen lo que Dios y el dinero les han dado pero sin evangelizar, que ya con ser malas actrices tienen bastante.
Foto: Jefefry Scott
GOOD!!!!!!
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