Supremacía aria vestida de negro. Melenas interminables, calvas para alunizar, mediopelos democráticos. Cuarenta mil gargantas sedientas de cerveza y metal.
Una mujer muy gorda y muy ebria que se abre paso como un rinoceronte, seguida de un hombrecillo con gesto consternado.
Mis pies, queriendo doler. Adrenalina anestesiante. Estómago y corazón vibrando al ritmo de la batería. Cosquilla inevitable -never free, never me-ah- escalando muslos arriba cuando el titiritero malévolo ríe fuerte para luego convertirse en lobo y conquistar la luna nueva.
Un mar de luces que anuncian que nada más importa. Nada excepto la tecnología, que ha cambiado aquellas llamitas adorables que una vez amaron a los escorpiones por las pantallas desangeladas de los celulares.
Pirotecnia de altura. Helicópteros. La imagen de un hombre con un uniforme falso, arañando el momento con un ramalazo de sospecha. Y si...
Fibras rebosando contento y agresividad. Ojos ribeteados de khol muy abiertos, fijando detalles. Música adentro, material genético, imprescindible.
Metallica-da vez más yo.
Leyendo tu post es como estar ahí. No soy muy metalera solo algunas cosas, pero estoy segura que valdría la pena verlos en vivo.
ReplyDeletePD: Vivan los huevos!!!
Que vivan!
DeleteY yo soy metalera de corazón, pero igual creo que me gustaría si no lo fuera. El ambiente es suficiente para levantar a un muerto.