Y resulta que, antes de decidir que era caballero templario -que no templador, ojo- y que su deber como patriota era asesinar a sesenta y nueve inocentes, Anders B. Breivik solía definirse como metrosexual, usaba maquillaje y se comportaba de manera afeminada.
Al final va a tener razón mi abuelito: el 50% de los males del mundo tienen como causa la falta de marido.
Por eso yo desconfío de las modernidades... tu abuelito estaba más claro que el agua!
ReplyDeleteUn visionario, sin dudas.
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