Cuanto más leo sobre la pedagogía con asistencia animal más me convierto a la causa. No puedo imaginar mejor manera de aprender que teniendo al lado a un animal tibio y amigo que no grite ni se impaciente sino que yazga muy pegadito y mire con ojos buenos cuando más se necesita.
O caballos, gatos, delfines, en fin...
ReplyDeleteBueno, para las terapias de recuperación si, pero para leer un caballo sería exagerado y un delfín imposible. ;)
ReplyDeleteSorry a eso me refería.
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