“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Monday 31 January 2011

De la (in) dolencia

 Vino el médico amarillo
a darme su medicina
con una mano cetrina
y la otra mano al bolsillo.


Estando en Barataria, hace unos meses, conversé con un galeno amigo de la familia que acababa de regresar de una "misión" en África. Se veía rozagante, satisfecho, sin aquel aire -flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones, decía él mismo- de desamparo que tenía antes, cuando pedaleaba sin descanso buscando comida para sus hijos en los ratos que le robaba al trabajo.

Se lo comenté y me respondió que, en efecto, la misión le había cambiado la vida. No sólo había arreglado y amueblado su casa sino que ya tenía carro, dinero en el bolsillo y en el banco y una posición social más avanzada. Se sentía un hombre nuevo y mejor, libre al fin del fantasma de la penuria económica, por mucho que ello supusiera largos meses lejos de su familia.
Sin embargo, prosiguió,  lo más importante de todo era que al fin había comprendido cómo funcionaba la ética médica en la Islita, y ya no era el doctorcito buena gente que se ocupaba de los problemas de otros sin pedir algo a cambio. Ahora él también había entrado en el juego y aplicaba las normas de sus compañeros, que son todos "unas fieras."

"Hay tres tipos de casos que se priorizan", me dijo."Titi case,  jaba case y  money case". El que llegue con alguno de esos tres precedentes sabe que va a ser bien atendido, y de allí salen contentos médico y paciente por igual. "¿Y qué pasa con los otros, los que no tiene plata contante, víveres para ofrecer o natura con que tentar? ¿Quién los atiende?" -le pregunté, y tuvo la decencia de responderme sinceramente. "No sé, algún otro. Yo  hice lo mío durante muchos años y pasé mil trabajos. Ahora me toca escapar."

Cambié de tema y él pareció agradecerlo. Juzgarlo sería, además de injusto, hipócrita: los míos están entre los escogidos, porque tienen con que retribuir los favores.Sin embargo, no puedo dejar de pensar en todos esos infelices que van a su consulta sin otra cosa que ofrecer que sus macilentos cuerpos, sin saber o quizás sabiendo de más que serán tratados de mala gana, como si fueran ciudadanos de segunda categoría.

Y pienso en Asclepio, y en el médico aragonés de la mano muy franca, y en lo lejos que le quedan a Liborio Grecia y España...


8 comments:

  1. Una mierda! No se puede ser tan insensible, una cosa es aprovechar el momento y la otra ser tan HP. Así se empieza y no se sabe como se termina. Así seguro empezó lo de Mazorra y mira como terminó. Siempre pagan los infelices!

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  2. Decía Lincoln que la mejor manera de probar el carácter de un hombre es darle poder. No tiene que ser mucho ni sobre muchos, apenas lo necesario para crearle un sentimiento de superioridad. Es el proceso más rápido para producir hijos de puta hasta ahora conocido.

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  3. Y que es lo etico? lo correcto? Tambien sumarse a la lista de los on-se-millones de baratarios que languidecen? No se...duro el juicio.

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  4. En su caso, creo que lo ético sería "escapar" todo lo que quiera pero sin dejar en la estacada a los que no tienen con qué comprar sus servicios.

    Se le podría pedir incluso generosidad, ahora que goza de bienes cuantiosos y puede ver mejor la pobreza que lo rodea, pero eso ya es harina de otro costal e incluso de otro molino, el de la Utopía.

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  5. Claro que es el de la Utopía...es que cansados de ser carneros cuando se convierten en lobo devoran todo y a todos...Son muchos los Gregorio Samsa dentro de Barataria.

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  6. No tiene que sumarse, pero podría al menos tener un poco de decencia y sensibilidad.

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  7. Lo del sexo es lo que menos me asombra. En Cuba, entre las muchachas jóvenes, esa es moneda dura y con ella se paga lo poco y lo mucho.

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  8. Tengo médicos en la familia que, muy a su pesar, han salido de "misión" y reconozco que mejoraron su calidad de vida. Pero, y estoy segura de ello, no son de los que tratan de escapar pisoteando la dolencia de Liborio. A una la vi sufrir y entrar en depresión por no tener los medios para salvar una vida. A eso se le puede llamar ética? o sencillamente son comemierdas por no sumarse al tren de la desidia.

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¡Habla, pueblo de Aura!