Juanito Pons recorría el pueblo a caballo, ebrio hasta el sombrero y
vociferando entre trago y trago una letanía que para la mayoría de los
que lo conocieron quedó en el olvido como cosas de borracho, pero que mi
familia, mitad en broma y mitad en serio, adoptó como mantra, porque
era la vida resumida en dos frases simples y lapidarias:
"¡Que viva Juanito Pons, carajo! Y cuando Juanito Pons se muera, ¡a la mierda Juanito Pons, carajo!"
No grito como él porque tengo vecinos, y a caballo no sé montar, pero
por cada día de falsos profetas anunciando el fin del mundo tal y como
lo conoce la gente de a pie me reafirmo en su filosofía.
¡Que viva Juanito Pons!
Practico que era el hombre , si vives , vives, y cuando ya no, pues te vas al coño .
ReplyDeleteHablas de los vecinos , ¿que vives , justo en Oslo? .
Aun ahi, con la estufa puesta ¿no? .
Todo el mundo tiene vecinos en este país, a no ser que viva uno en alguna islita solitaria en medio de algún fiordo, lo que no es el caso. Y sí, la estufa está puesta porque afuera hay un día gris y lluvioso, totalmente fantástico, y habrán aún muchos más, Dios mediante.
ReplyDeleteLo de la estufa, solo lo supuse, la respuesta no se ajusta a mi pregunta, pero bueno... .
ReplyDelete