Los basureros se miran con animadversión. Ambos pretenden tener el
control absoluto sobre las bolsas que se acumulan en el pasillo -azules,
recalentadas y malolientes- y sobre las propinas que ellas generan, y
para conseguirlo han desatado una guerra que incluye delaciones y
regañinas sordas y quejas públicas que me atribulan. Ahora están frente a
mi puerta, y exigen que me decida por uno de ellos.
"Basta" — he dicho, levantando las manos. "A partir de éste momento no quiero saber nada de sus rencillas. Lleguen a un acuerdo entre ustedes y luego me cuentan. O mejor aún, dénse gusto: coja cada uno su escoba y cáiganse a escobazos. El que pierda no vendrá nunca más a recoger la basura, por debilucho. Y el que gane tampoco, por canalla y abusador."
Y cerrando la puerta en sus narices me he ido a tomar un café, sintiéndome como Sancho en Barataria y pensando en Márgara, porque al pasar por su lado me pareció que las bolsas de basura me hacían guiños.
Manzanillo, Julio, Año del Triunfo del Hipoclorito
"Basta" — he dicho, levantando las manos. "A partir de éste momento no quiero saber nada de sus rencillas. Lleguen a un acuerdo entre ustedes y luego me cuentan. O mejor aún, dénse gusto: coja cada uno su escoba y cáiganse a escobazos. El que pierda no vendrá nunca más a recoger la basura, por debilucho. Y el que gane tampoco, por canalla y abusador."
Y cerrando la puerta en sus narices me he ido a tomar un café, sintiéndome como Sancho en Barataria y pensando en Márgara, porque al pasar por su lado me pareció que las bolsas de basura me hacían guiños.
Manzanillo, Julio, Año del Triunfo del Hipoclorito
No sabía que con basura se pudiera hacer gloria bendita.
ReplyDelete¡Felicidades!
El crédito es de aquella islita, que es mago, sombrero, conejo y trampa a la vez. Gracias mil. :)
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