“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”
E. Hemingway.
E. Hemingway.
"París era una fiesta"
Monday, 24 June 2013
Cinco
Ella y su melena haciendo ¡chaz! contra las almohadas. Ella y su reguero de bragas y libracos. Ella y aquel Miedo peludo y eternamente hambriento que se paraba en dos patas a ladrarle a los aviones.
Sunday, 23 June 2013
Casas y doctores
Wednesday, 19 June 2013
T es de tinta
Yo no soy aficionada a los audiolibros. De hecho ni siquiera he tenido uno. Por alguna razón me han parecido siempre simplones, infantiles, como el chocolate o las coletillas; el simple hecho de saber que no los acompaña el placentero ardor en los ojos, agujetas en los brazos y dolor de cabeza que deja toda una noche de lectura ininterrumpida, me mortifica. Pero éste audiolibro en particular me está guiñando el ojo desvergonzadamente, y es que escuchar las historias de Hem en voz de señores como William Hurt y Donald Sutherland es más de lo que mis resabios de polilla vieja pueden resistir. Para no hablar de Mariana, que anda escogiendo ya almohadones especiales. Infeliz criatura.
Por otra parte, y siguiendo el tema de Hem, he sabido que han puesto en remate su última máquina de escribir. Me pregunto por cuánto la rematarán, al final. Y mientras me preguntaba, he pensado en la buena señora que a sus ochenta y cuatro años acaba de ganar 350 millones de dólares, y en el panteón recubierto de piedras preciosas en que probablemente los invertirá. El buen Dios y sus ironías, tan finas.
Pero además, y hablo aún de libros, he leído hoy ésto que publica Amanda Palmer sobre el oficio de ser la mujer de Neil, mon amour, seguir el proceso de su último libro, escucharlo mientras lo lee para ella y otras obscenidades por el estilo. Y he recordado al pobre zángano, y me he quejado bajito de cómo algunas se llevan el pan, los dientes, la barba, la quijada y todo lo demás y siguen respirando, pérfida y suavemente. Al lado de Neil. Ay...
Mientras tanto, afuera es miércoles de tintas y tintos. Aún.
Por otra parte, y siguiendo el tema de Hem, he sabido que han puesto en remate su última máquina de escribir. Me pregunto por cuánto la rematarán, al final. Y mientras me preguntaba, he pensado en la buena señora que a sus ochenta y cuatro años acaba de ganar 350 millones de dólares, y en el panteón recubierto de piedras preciosas en que probablemente los invertirá. El buen Dios y sus ironías, tan finas.
Pero además, y hablo aún de libros, he leído hoy ésto que publica Amanda Palmer sobre el oficio de ser la mujer de Neil, mon amour, seguir el proceso de su último libro, escucharlo mientras lo lee para ella y otras obscenidades por el estilo. Y he recordado al pobre zángano, y me he quejado bajito de cómo algunas se llevan el pan, los dientes, la barba, la quijada y todo lo demás y siguen respirando, pérfida y suavemente. Al lado de Neil. Ay...
Mientras tanto, afuera es miércoles de tintas y tintos. Aún.
Saturday, 15 June 2013
De ti a la eternidad
Contaré del sol alto de las nueve en punto de la noche. De las lilas y las verjas y del Mojito improvisado, carísimo, malísimo, irresistible. Del lodo del Sandman, que me enerva. De la tipeja del pantalón hombruno que tiró la rosa a la basura con mohín de desprecio. Ah, las depresiones sáficas, tan demodé. De los conversadores pijos con sus mocasines, sus iPhones y sus camisetas rosa, y de las torturas que se me ocurrieron para ellos.
Contaré de la figura que salió saludando con una decadencia que no se aprende. De la negrura lloviendo desde el pelo hasta los zapatos, poderoso King Ink. De la virilidad intacta de la voz, repercutiendo entre mis piernas. De las manos y los ojos alzados, esperando redenciones. Muebles disfrazados de Ku Klux Klan y una canción que bastará para salvarnos.
Y claro, contaré de mi garganta, tan pérfida, y de mi manera de violarla. Moscú no cree en lágrimas, ni yo en dolencias inoportunas. De la señora que, atónita, volvió a mi sus inocentes ojos azules cuando Stagger Lee se dispuso a sodomizar al pobre Billy. De mi sonrisa, que amenazaba saltarle encima. Del hombre que bailaba a mi lado, con una borrachera tan completa como su calvicie. De cómo no se le escapó ni un solo verso. Y de tu mano roja, mi amor, buscando el lugar donde terminan mi espalda y mi pelo para descansar de los aplausos cuando la muchacha del sombrero rojo nos robó la canción. Todavía crees en ángeles.
Contaré, al fin, con voz que ya no estará entrecortada por esta tos de perra agradecida, cómo era Él. Y yo. Nosotros. La cofradía de Nicolás de las Cavernas y Todos Los Santos de Éste Día.
Contaré de la figura que salió saludando con una decadencia que no se aprende. De la negrura lloviendo desde el pelo hasta los zapatos, poderoso King Ink. De la virilidad intacta de la voz, repercutiendo entre mis piernas. De las manos y los ojos alzados, esperando redenciones. Muebles disfrazados de Ku Klux Klan y una canción que bastará para salvarnos.
Y claro, contaré de mi garganta, tan pérfida, y de mi manera de violarla. Moscú no cree en lágrimas, ni yo en dolencias inoportunas. De la señora que, atónita, volvió a mi sus inocentes ojos azules cuando Stagger Lee se dispuso a sodomizar al pobre Billy. De mi sonrisa, que amenazaba saltarle encima. Del hombre que bailaba a mi lado, con una borrachera tan completa como su calvicie. De cómo no se le escapó ni un solo verso. Y de tu mano roja, mi amor, buscando el lugar donde terminan mi espalda y mi pelo para descansar de los aplausos cuando la muchacha del sombrero rojo nos robó la canción. Todavía crees en ángeles.
Contaré, al fin, con voz que ya no estará entrecortada por esta tos de perra agradecida, cómo era Él. Y yo. Nosotros. La cofradía de Nicolás de las Cavernas y Todos Los Santos de Éste Día.
Thursday, 13 June 2013
Pero Alfredito lo hace mejor
Cuando era pequeña, tenía dos comics favoritos. Vivían en la ultima gaveta del escritorio de mi papá, y me sacaban al menos cincuenta años de ventaja.
Uno de ellos es el responsable de que, en las raras ocasiones en que compro helado, escoja el garrapiñado, que no me gusta. El otro es el culpable de que, a pesar de mi batraciofobia, todas las ranucas ilustradas de mi vida se llamen Alfredo, y anden en busca de un niño que las acoja.
De ahí viene todo, creo. De ese medio siglo de infancias prestadas que arrastro, que me arrastra.
Uno de ellos es el responsable de que, en las raras ocasiones en que compro helado, escoja el garrapiñado, que no me gusta. El otro es el culpable de que, a pesar de mi batraciofobia, todas las ranucas ilustradas de mi vida se llamen Alfredo, y anden en busca de un niño que las acoja.
De ahí viene todo, creo. De ese medio siglo de infancias prestadas que arrastro, que me arrastra.
Tuesday, 11 June 2013
La familia, la propiedad privada y el amor
Y he aquí que Facebook, paladín de la moral, permite fotos de bebés deformados por enormes tumores, gatos a medio desollar, linchamientos o cualquier otro tipo de calamidad vestida, pero censura las fotografías de Anastasia Chernyavsky -fotógrafa rusa radicada en San Francisco.
Yo los comprendo perfectamente. No están los tiempos como para ir ofendiendo el ciberciudadano ojo con desnudeces: todos sabemos lo dañino que puede resultar un pezón o un Monte de Venus si se le mira sin un lente ahumado de hipocresía.
Yo los comprendo perfectamente. No están los tiempos como para ir ofendiendo el ciberciudadano ojo con desnudeces: todos sabemos lo dañino que puede resultar un pezón o un Monte de Venus si se le mira sin un lente ahumado de hipocresía.
Friday, 7 June 2013
Presagios
Porque sería muy bueno si un día la vara con que medimos y somos medidos se quebrara y nos tocara a todos un pedacito desde el cual construir un arca a nuestra hechura, con bichos escogidos y aguas propias.
Yo, por mi parte, ya sé cuáles.
Yo, por mi parte, ya sé cuáles.
Wednesday, 5 June 2013
Pensamiento, dile a Fragancia
Café, una aspirina, las gardenias abriéndose de piernas, olor a romero, albahaca, menta y mejorana llenando la terraza, el aire denso de lluvia y un por alguna parte de Mariana, que reniega de los humores desdentados mientras inventa un Caribe con tres cigarras y un gato.
Tuesday, 4 June 2013
Desnudos y sin sombrilla
El día que Silvio Rodríguez se muera los que llevamos desde siempre sus canciones prendidas con una libélula a la solapa lloraremos. Y le perdonaremos, entonces, con la memoria blanda del corazón y el miedo a lo eterno, que además de ser un gran poeta haya sido un hombre.
Pero hay quienes lo llorarán más y más alto: esos que necesitan de Silvio para sacar a pasear los perros negros de la amargura; los que, a falta de fantasía, echan mano a diario de los rencores para espesar el caldo de larvas mediocres en que se cocinan lento, lento, como conviene a las carnes duras y a los enanos de ánimo; aquellos que arremeten contra los alfiles porque a la Reina, claro, no le pueden dar ni jaque.
Y no le perdonarán. No podrán perdonarle haberlos dejado con un odio de menos.
Pero hay quienes lo llorarán más y más alto: esos que necesitan de Silvio para sacar a pasear los perros negros de la amargura; los que, a falta de fantasía, echan mano a diario de los rencores para espesar el caldo de larvas mediocres en que se cocinan lento, lento, como conviene a las carnes duras y a los enanos de ánimo; aquellos que arremeten contra los alfiles porque a la Reina, claro, no le pueden dar ni jaque.
Y no le perdonarán. No podrán perdonarle haberlos dejado con un odio de menos.
Sunday, 2 June 2013
Cincuenta sombras de aburrimiento
"Fifty Shades of Grey". "Fifty Shades of Feminism". Toda idiotez tiene una idiotez mayor que la complementa, porque no es cuestión de ir tan memo y tan solito por el mundo. Pero además, se confirma mi impresión de que lo que separa a las feministas encarnizadas de las muchachas que hacen bolillos mientras esperan por el hombre de sus sueños es una lavadora.
Subscribe to:
Posts (Atom)