Hace unos seis o siete años, mientras paseábamos por el barrio chino de Amsterdam, mi marido y yo descubrimos Gojoker, una pequeña librería especializada en comics y posters.
Creo que nos enamoramos de todo lo que allí había, pero yo me quedé particularmente prendada de un poster de Ruby Gloom, de quien soy admiradora absoluta, y lo compramos.
Hoy salió a la superficie, debajo de muchos otros afiches que hemos ido acumulando a través de los años con la idea de adornar con ellos una futura mini biblioteca. Mi hija lo descubrió, y se adueñó de él inmediatamente. En apenas segundos ya lo tenía pegado en su armario, de manera que es lo primero que ve al despertar.
Cuando pienso que la mayoría de las chicas de su edad tienen en sus habitaciones, como máximo, afiches de Justin Bieber o los vampiros de moda, me dan ganas de entonar un salmo de alabanza al Creador. Hay esperanza para el mundo mientras queden niños que se atrevan a ser diferentes y a nadar contra la corriente.
Y ya sé que no tendría que repetirlo, pero mi orgullo de madre es más fuerte que mi prudencia: es rico, rico, tener hijos inteligentes.
Felicitaciones!!! Y el orgullo es para eso, para sacarlo cuando se necesite
ReplyDeletePos si. :)
ReplyDeleteNo podía ser de otra manera, de tal palo tal astilla. Y ese es el afiche? Está supertierno
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