Mi hija ha entrado a la cocina con dos amigos y ha pedido galletas de chocolate. Iba a negarme, pero luego lo he pensado mejor. Después de todo el viernes cuenta como fin de semana, y cambiar un puñado de golosinas por tres sonrisas como cielos es un buen negocio.
Claro que sí. Uno se pasa el tiempo no esto, no lo otro, así que por un día que nos saltemos las normas, no pasa nada. Y es como tu dices, solo por ver sus caras de felicidad, vale la pena!!
ReplyDeleteEsas mismas compran los míos. Yo no soy de chocolate ni de cosas dulces en general, pero esas son ricas y sobre todo se pueden separar pa lamer el relleno, parte importantísima del proceso.
ReplyDeletedulce para todo el mundo. Y las cremitas son lo máximo
ReplyDeleteEso, eso, la cremita. ;))
ReplyDeleteLas galletas son como la pipa de la paz, al menos en mi casa. despues de un apeleita por las tareas, o el cuarto regado...compartimos unas oreos o lo que sea que tenga chocolate y listo. Mi hija me pide Peanut butter pero de la brown rica (Nutella).. con tanto muerto y tanto odio dando vueltas una sonrisa, de esas, se agradece...
ReplyDeleteMy kingdom for a cookie!
ReplyDeleteJulio, esto te va a parecer increíble. Tú sabes por qué yo nunca he comido mantequilla de maní? Porque cuando era pequeña ponían una película en Cuba que se llamaba La foŕmula de la mantequilla de maní (Peanut Butter Solution). El niño que la protagonizaba se quedaba calvo despues de encontrarse con dos fantasmas, y para que su pelo volviera a crecer hacía una mezcla de mantequilla de maní con moscas y sabe Dios qué otras asquerocidades. Cada vez que veo un pote de esa pasta marroncita y con grumitos me da un lelolei lelolaila...
ReplyDeleteErnesto, qué clase de galleticas comerán los monarcas? De mantequilla, como los cónsules?
ReplyDeleteNo sabría decirte, tan alejado como estoy de la monarquía y la diplomacia. :)
ReplyDeleteLo digo porque aquí los cónsules comen de esas galleticas. Son de mantequilla y vienen de Dinamarca. Una a una las devoran mientras meten la mano en el bolsillo de los pobres que vamos a solicitar sus preciados servicios. Anjá.
ReplyDelete