Ayer en la noche nos llamó una parienta para contarnos que su hija está muy enferma. Cáncer, pensé con un ramalazo de pánico, pero miré la boca de mi marido, que decía "bulimia", y el miedo se fue. En su lugar apareció la indignación, que se abrió paso a machetazos.
Por mucho que siendo madre trate de simpatizar con sus lamentos, no puedo. Son demasiadas las niñas mendigando por las calles del mundo, demasiadas las adolescentes maltratadas, violadas, abandonadas a su suerte, como para sufrir los males de los pequeños burgueses. Mientras haya una sola espalda recién hecha doblada bajo el peso de un hermanito cuando hurga en la basura o camina cientos de kilómetros para buscar agua, no puedo sentir pena por la enfermedad autoinfligida de una chica a quien su madre durmió con nanas hasta los quince años. Mientras haya una mujer que recuerde tiempos de ser flaco porque no había como ser de otra manera, tiempos en que las mascotas fueron sustento, como los recuerdo yo, el que una muchacha vomite tras comer tres veces cada día no será motivo de mis lágrimas.
Quizás las penurias que he pasado y las que he visto, las que aún veo pasar, me hayan vuelto de alguna manera cínica. Es algo con lo que puedo vivir, y que hasta ahora me ha servido para no perder el Norte. No agradezco los malos ratos, pero he aprendido de ellos y lo que es más, estoy tratando de que mis hijos también lo hagan para que no sean ellos parte de esta generación de ombligos, tan preocupada de si misma que ya cabe en su propio cuerpo.
Nada de cínica tienes y lo sabes. Esta generación esta mas perdia que el Diablo el día de las Madres o que Edmundo, el día del periodista.
ReplyDeleteYo tampoco siento lastima por los chicos que comen como si quisieran morir de un infarto antes de los 30. Ahora, la culpa no es de los chicos, sino de sus progenitores, de la zoociedad y las grandes compañias de "alimentos" que estimula habitos de alimentacion mas bien para marranos y no personas.
Difícil tema amiga. Te cuento que vi yo a mucha chica pobre en México con bulimia por estar imitando los patrones absurdos de delgadez que imponen las revistas. Así que ya esto no es solo algo de las buena vida. Besotes
ReplyDeletedesde el forro: tu frase quedará reservada en mis dominios. desde hoy cuando quiera decir que algo está perdío, diré "Más perdío que Edmundo en el día del periodista". Te la comiste, buenísima
ReplyDeleteTremendo temita. Me pasa lo que a tí, me niego a sumar a la lista de desgracias reales un asunto como ese. Pero...ojalá y los problemas de adolescencia de mi hija se queden en el tamaño del tatuaje y la hora de llegada a casa. Un saludito
ReplyDeleteMaría
pd : me sumo a la ovación a "desde el forro..."
Yo siento pena por estas niñas porque en su edad adolescente no son conscientes de la magnitud de este terrible mal.
ReplyDeleteEs cierto que hay muchas otras dolencias en el mundo mucho más horribles para muchos niños pequeños y también adolescentes; pero no porque sean “burgueses” los primeros, tienen el alma a prueba de balas. Las familias aquí tienen un papel primordial que no siempre se cumple…por desgracia no todos los padres saben lo que es mantener a sus hijos a salvo…y eso, es enseñarles a vivir, no darles de más.
Eso, querida, por suerte, te sobra…como bien dices “las penurias que has pasado y que has visto” te ayudan a no perder el norte.
Un abrazo...
Silvi, lo de llamarles "pequeños burgueses" es una denominación no más, un término para describirlos según sus preocupaciones, un término en el cual me incluyo e incluyo a mi familia pues vivimos una vida cómoda en comparación con la de millones de infelices en el mundo.
ReplyDeletePrecisamente por eso tendríamos que ejercer el sentido común y pararnos a pensar antes de quejarnos. Nos duele un mal innecesario que además tiene rápida solución? Pues a extirparlo, pero no aisladamente sino como Fuenteovejuna. Combatir a los que le envenenan la vida a nuestros hijos con falsos parámetros de belleza es tarea de cada uno y de todos.
María, yo hago los mismos votos (aunque en casa el problema de los tatuajes no lo es, tanto el taita como yo somos liberales + en ese sentido). Que no nos toque la pena de ver a nuestras hijas gastándose la salud en parecer enfermas.
ReplyDeleteQue horrible!
ReplyDeleteMira que he querido ser flaca toda mi vida...pero nunca me ha dado por la vomitera...habia pensado en algun serrucho para cortar un poco de caderas....
y como dices bien, mira con esa hambre que yo pase en los annos 90-al 95 de lo peor lo peor....nada de nada, bueno, que llegue a pagar una caja de cigarros a 40 pesos cubanos, pues pa que queria aquellos papeles si no servian para nada.....recuerdo la cara de mi abuela mientras me veia abriri el refrigerador y quedarme alli mirando por ratos ...par volvera cerrarlo sin esperanzas....
Ahora en mi casa, no se bota ni un rastrojo de cebolla....
Fermina, ditto. Ya lo he comentado otras veces, yo soy de las que guarda los poquitos de comida en el refrigerador hasta que me convenzo de que no va a aparecer bicho o humano alguno que los aproveche y entonces los boto, con dolor en mi alma. Es que nos tocaron tiempos muy duros, y el despilfarro que nos rodea ahora es de campeonato.
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