“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Friday, 31 January 2014

Filosofía de viernes

"El amor es algo muy simple: dame la saliva, toma la saliva."

Manolo, el loco de mi pueblo.



Wednesday, 29 January 2014

Enamórate de una chica que lee

 Para Consuelina, que para eso me tiene a su disposición. :)

Enamórate de una chica que lee.  


 Enamórate de una chica que gasta su dinero en libros en lugar de ropa. Enamórate de una chica  que tiene problemas de espacio en su closet porque tiene demasiados libros. Enamórate de una chica que tiene una lista  de libros que quiere leer, y una tarjeta de préstamo en la biblioteca desde que tenía doce años.

Encuentra una chica que lee. Sabrás que lee porque siempre tendrá un libro por empezar en su bolsa. Es aquella que mira arrobada los estantes de la librería, la que suelta un grito ahogado cuando encuentra por fin el libro que estaba buscando. ¿Ves aquella muchacha tan rara, olfateando las páginas de un libro en una tienda de segunda mano? Esa es la lectora. No pueden resistirse al olor de las páginas, especialmente si son amarillas.

Es la chica que lee mientras espera en la cafetería de la esquina. Si te fijas en su taza verás que la crema se le ha cuajado, porque ya está metida de lleno en el libro. Perdida en el mundo que el autor ha construido. Siéntate. Puede que te eche una mirada de reojo, pero a la mayoría de las chicas que leen no les gusta que las interrumpan.

Pregúntale si le gusta el libro. Cómprale otra taza de café.


Cuéntale lo que en realidad piensas de Murakami. Fíjate si pudo pasar del primer capítulo de "La Hermandad del Anillo". Sabe que si te dice que comprendió el "Ulises" de Joyce es sólo por sonarte inteligente. Pregúntale si adora a Alicia, o si le gustaria ser ella.

Es fácil enamorarse de una chica que lee. Regálale libros por su cumpleaños, para Navidades y por los aniversarios. Obséquiala con Neruda, Pound, Sexton, Cummings. Déjale saber que  te das cuenta de que las palabras equivalen al amor. Comprende que ella conoce la diferencia entre los libros y la realidad pero, por dios, está tratando de que su vida se parezca un poquito a su libro preferido. Nunca te culpará por ello, es sólo que tiene que probar.

 Miéntele. Si comprende la sintaxis comprenderá también que necesitas mentir. Detrás de las palabras hay siempre otras cosas: motivaciones, valores, matices, diálogos. No será el fin del mundo.

Fállale. Porque una chica que lee sabe que un fallo conduce siempre al clímax. Porque una chica que lee comprende que todo termina alguna vez. Que siempre  pueden escribirse segundas partes. Que puedes comenzar una y otra y otra vez, y seguir siendo el héroe. Que en la vida es necesario tener un villano, o dos. 


¿Por qué habrías de sentirte intimidado por todo aquello que no eres? Una chica que lee entiende que la gente, como los personajes, se desarrolla. Excepto en las series de "Crepúsculo".

Si encuentras una chica que lee, manténla cerca. Si la ves a las dos de la madrugada, deshecha en sollozos y apretando contra su pecho un libro, prepárale una taza de té y abrázala. Puede que la pierdas por un par de horas, pero siempre regresará a ti. Y si habla de los personajes del libro como si fueran reales es porque, por un tiempo, siempre lo son.

 Pídele que se case contigo a bordo de un dirigible. O durante un concierto de rock. O como por casualidad, la próxima vez que se enferme. O por Skype.

Sonreirás tanto que te preguntarás cómo es que tu corazón no ha estallado y se ha desangrado en tu pecho aún. Escribirán la historia de sus vidas, y tendrán niños con nombres extraños y gustos más extraños aún. Ella le presentará a tus hijos a Aslan, y al Gato del Sombrero, quizás el mismo día. Y durante los inviernos de la vejez caminarán juntos, y ella recitará a Keats por entre su bufanda mientras tú te sacudes la nieve de las botas. 

Enamórate de una chica que lee porque te lo mereces. Mereces una chica que  te dé los más bellos colores imaginables. Si sólo puedes darle a cambio monotonía y promesas a medias, es mejor que la dejes sola, pero si quieres este mundo y los otros mundos más allá, enamórate de una chica que lee.

O, mejor aún, enamórate de una chica que escribe.

You should date a girl who reads.

Date a girl who reads. 

Date a girl who spends her money on books instead of clothes. She has problems with closet space because she has too many books. Date a girl who has a list of books she wants to read, who has had a library card since she was twelve.

Find a girl who reads. You’ll know that she does because she will always have an unread book in her bag. She’s the one lovingly looking over the shelves in the bookstore, the one who quietly cries out when she finds the book she wants. You see the weird chick sniffing the pages of an old book in a second hand book shop? That’s the reader. They can never resist smelling the pages, especially when they are yellow.

She’s the girl reading while waiting in that coffee shop down the street. If you take a peek at her mug, the non-dairy creamer is floating on top because she’s kind of engrossed already. Lost in a world of the author’s making. Sit down. She might give you a glare, as most girls who read do not like to be interrupted. Ask her if she likes the book.

Buy her another cup of coffee.
Let her know what you really think of Murakami. See if she got through the first chapter of Fellowship. Understand that if she says she understood James Joyce’s Ulysses she’s just saying that to sound intelligent. Ask her if she loves Alice or she would like to be Alice.

It’s easy to date a girl who reads. Give her books for her birthday, for Christmas and for anniversaries. Give her the gift of words, in poetry, in song. Give her Neruda, Pound, Sexton, Cummings. Let her know that you understand that words are love. Understand that she knows the difference between books and reality but by god, she’s going to try to make her life a little like her favorite book. It will never be your fault if she does. She has to give it a shot somehow.

Lie to her. If she understands syntax, she will understand your need to lie. Behind words are other things: motivation, value, nuance, dialogue. It will not be the end of the world.

Fail her. Because a girl who reads knows that failure always leads up to the climax. Because girls who read understand that all things will come to end. That you can always write a sequel. That you can begin again and again and still be the hero. That life is meant to have a villain or two.

Why be frightened of everything that you are not? Girls who read understand that people, like characters, develop. Except in the Twilight series.
If you find a girl who reads, keep her close. When you find her up at 2 AM clutching a book to her chest and weeping, make her a cup of tea and hold her. You may lose her for a couple of hours but she will always come back to you. She’ll talk as if the characters in the book are real, because for a while, they always are.

You will propose on a hot air balloon. Or during a rock concert. Or very casually next time she’s sick. Over Skype.

You will smile so hard you will wonder why your heart hasn’t burst and bled out all over your chest yet. You will write the story of your lives, have kids with strange names and even stranger tastes. She will introduce your children to the Cat in the Hat and Aslan, maybe in the same day. You will walk the winters of your old age together and she will recite Keats under her breath while you shake the snow off your boots.

Date a girl who reads because you deserve it. You deserve a girl who can give you the most colorful life imaginable. If you can only give her monotony, and stale hours and half-baked proposals, then you’re better off alone. If you want the world and the worlds beyond it, date a girl who reads.

Or better yet, date a girl who writes.

Rosemarie Urquico

Tuesday, 28 January 2014

LIFE is life

El Bandido de la Luz Roja. Khrusjtsjov. Bobby Fisher. Hemingway. Whiskey. Selecciones del Reader's Digest. Y carros descapotables hechos con el sólo propósito de que el hombre de tu vida pasara el brazo sobre tus hombros mientras la brisa batía tu pelo. La gaveta de las LIFE, decía mi papá. La gaveta de la vida.

Afuera habían Sputniks y el sol del Caribe recalentaba el rencor verde olivo, pero yo vivía arriba, como la tentación, en una casa que había parado sus relojes en algún año de los cincuenta, decidida a protegerse contra la desidia. Si alguna grieta se abrió en ese muro fue para dejar entrar la luz de canciones como esta, increíblemente de la mano y en la voz de mi abuelo, y con eso Doris y Frank podían vivir.

A otros les parecerá anormal, pero para mí era el amor, y con esa noción y un guiño de Nitza creo que puedo hacer un martes.










Sunday, 26 January 2014

Fábula

Caminar y caminar
y caminar y caminar.
Pequeña, cansada,
con los pies dolientes.
Quiero el mar, ¿vienes conmigo?
—Shh.

¡Ven! El mar es enorme
y el mar es muy viejo
y algunas cosas flotan
mientras otras se hunden
y allá hay una isla
y aquí hay una ola
y ven con tus brazos
y ven con tus piernas
y ven, y ven, y ven.
—Shh.

Ahora hay un bosque.
Ramas y hojas y pequeños nidos,
todo en movimiento.
No tengas miedo; el bosque es el bosque
y el mar es el mar
y este es el camino.
¡Ven!
—Shh.

Y luego, salir
del bosque
de las sombras
de tus pies
de tu cabeza.
¡Ven!
—Shh.

Un nubarrón.
No tengas miedo; la lluvia es la lluvia
y la lluvia es risueña
y se seca muy rápido.
Es sólo una gota, ¿lo ves?
no hay peligro.
Gotas y gotas y gotas
y tú y yo.
—Shh.

Tú y yo
yo y tú
y los brazos y las piernas
y las espaldas y las caderas
y el mar y el camino.
¿Quieres una sonrisa?
—Shh.

Andar, tropezar, saltar, pisar
sobre y dentro y entre y por debajo.
Delante, detrás, uno y dos.
Frío y resbaladizo,
templado y húmedo:
el camino viene y se va.
Hay un muro
pero no una puerta
sino una escalera
y hay un sombrero para nosotros.
¡Ven!
—Shh.

Alto, muy alto,
y profundo, muy profundo.
¿Saltamos?
¿Estás seguro?
¿Te duele?
—Sí.

Mira. El mar.

Saturday, 25 January 2014

Gendarmes y niñeras

Leyendo el diario me doy cuenta, una vez más, de lo equivocada que estaba cuando era muy joven y creía que la desgraciada costumbre de estar constantemente pendiente de lo que hacían otros con su vida y su tiempo y sus miedos y sus lujurias y sus pájaros de la memoria era una aberración pueblerina, propia de gente que necesitaba rellenar con algo  las lagunas cerebrales que les habían dejado setenta años de dictaduras.

¿Hasta cuándo estaremos en 1984, querido Majakovskij?



Thursday, 23 January 2014

Réquiem

A veces se da una cuenta de que tiene frío, y de que necesita manta nueva. La de hoy está hecha con

una puma de Duma

 un ramito de ortigas

y esta canción.

Wednesday, 22 January 2014

Como si Marx quisiera bailar el mozambique

...o fueran abolidas todas las soledades.

Una rama gruesa de álamo se mete por la ventana, y hay que dar tres pasos por ella antes de deslizarse en el sombrero de copa. Luego has de colgarte la luna en la garganta y bailar un poco, como una llama en la noche de San Juan.

Mil estrellas fugaces, y por cada una de ellas, un deseo concedido. Todo aquel que conoces o quieres conocer sale a verte tomar el sol entre el índice y el pulgar, metértelo en la boca y saborearlo despacio.

Un gato siamés se acerca y lo acaricias a contrapelo, pero este libro lo has leído antes, se ven tus huellas en su nieve fresca.

No quieres despertar, ahora que puedes hablar con los cuervos, ahora que puedes nadar sobre campos de amapolas, ahora que puedes chasquear los dedos y reaparecer al sur.

—Calla, niña.

Monday, 20 January 2014

Perfect the first time

Tenías razón al decir que las mujeres son buenas amigas. Son buenas amigas y terribles enemigas; locas y completamente irrazonables cada 28 días y muy volubles cuando les ocurre el cambio de la vida. Pero pueden resultar magníficas amigas, como tú bien dices. Pero es mejor tener cuidado con ellas. La mujer es el único animal bípedo que siempre golpea después de haber sonado la campana. Tal vez la cangura haga lo mismo, no lo sé. La mayoría de las mujeres estériles fueron ligadas cuando eran muy pequeñas, por lo que no lo han notado. La mayoría de ellas ni siquiera sabe cuando tienen (...) y te lo dan con gran amor y afecto. Siempre tienen que estar celosas de algo y si no les das ningún motivo, a no ser tu trabajo, entonces estarán celosas de tu trabajo. Pero si las convences de que al escribir puedes comprar abrigos de armiño, o un abrigo de armiño, etc., amarán el trabajo por si mismo (lo amarán no porque puedan comprar algo sino que amarán el trabajo como tal). No obstante, tienes que respaldar tus ofrecimientos. Después de eso, por lo general, tendrán el abrigo de armiño como reserva. Olvidan todo lo que se les regala, pero recuerdan por más de cien años cualquier cosa que no les hayas regalado. Al final lo consiguen. Por supuesto, debes aprender a no hablar mal jamás de su familia, pero tampoco debes estar de acuerdo si son ellas las que critican a su familia. Esto último es tan malo como lo primero. Me gustaría escribir sobre alguna puta, el problema es que es muy difícil encontrar a una puta de verdad. La mayoría de las mujeres hermosas batean por encima de 750 para demostrar que no son putas, y mientras les sigas la corriente podrás jugar eternamente en su equipo y hasta amarán lo que escribes. La capacidad de fornicar se estima mucho más que la de escribir, a no ser con mujeres no normales. Siempre se dan cuenta de si puedes f(ornicar) o no, al igual que los perros de caza se dan cuenta si la presa está allí. Ninguna sabe nada sobre tus habilidades como escritor, (a excepción de  una mujer cuyo nombre empieza con M.) Carajo.

E. Hemingway

 Y mientras otras se pierden en los vericuetos de la razón, tratando de explicar y de explicarse, yo puedo envolverme en esto para justificar incluso mi nombre.  Es casi inmoral tener tanta suerte, pero tú y la moral, mi amor...

Saturday, 18 January 2014

Waltzing Matilda

Comienza a caer una lluvia helada de otoño madrugador que te empapa el cabello, pero no te detienes. Tu sobretodo y los tres borbones te hacen sentir un héroe, y tus botas conocen la anatomía de los charcos. "Voy a buscarla"— le has dicho al bandido de un solo brazo, y esta vez es cierto, porque ella tiene que saber lo que la has contado a las muchachas del bar, al guardián del parqueo  y al marinero que suele repetir que las calles no se han hecho para los soñadores.

Ella tiene que saber que se te perdió el San Cristóbal la  última vez que la besaste, que hay fantasmas vendiendo barato su recuerdo, que duermes cada noche con la camisa manchada de sangre y whiskey que tiene su perfume, que hoy estás de rodillas y que necesitas volver para respirar de nuevo, para contarle mentiras de caramelo, para trenzarle sueños en la melena,  para meterte entre sus piernas y hacerla trastabillar cuando entra por la puerta haciendo malabares con bolsas de papel y libros y flores, y que diga entre irritada y risueña "¡No seas pesado, chico!", justo como le dice al hijo de puta del gato.

Llegas a su casa. Hay luz en la ventana que da a su habitación y ves su silueta detrás del cristal. Sabes que es sábado, que está cansada, que ha bebido un poco y que escucha a Sinatra. Sabes que no quiere la simpatía de nadie, ni siquiera la tuya. Llamas al intercomunicador, y después de unos segundos es ella.

— ¿A ver?
—Alicia.

—Alicia, querida.
—Tom, ¿eres tú?
—Si.
—¿Y qué quieres?
—Hablar un poco, y ...
—Vete a la mierda.
—Alicia...
—No. Vete a la mierda.

Y ahora sólo la lluvia, aplaudiendo.

So goodnight to the street sweepers/ The night watchman flame keepers/ and goodnight to Matilda too.

Thursday, 16 January 2014

Anunciación

"Creo en todo lo metafísico. Decreto que este año mi esposa tendrá sexo con otro y otros hombres." Expresado en un tono tan firme y convencido que he lamentado no tener a mano un arcángel con su trompeta.

"Es todo muy raro, a veces."— ha comentado Mariana mientras mira nevar. Y si ella lo dice, es que están al salir lobos de las paredes.

Tuesday, 14 January 2014

De la muerte

No podría contar las veces en que me he encontrado frente al panteón de mi familia, mirando a mi alrededor, deslumbrada por la reverberación de la cal bajo el sol inmisericorde del Caribe, desesperándome, queriendo sacar de mi melena un rosal que le de sombra a tanto hueso recalentado.

 O las veces en que he estado allí mientras llueve, con el corazón afligido, mirando el agua estancarse en torno a mis muertos, roja de la tierra fresca que justo antes cubría alguna de esas tumbas al final del camposanto, donde se acaban el pavimento y los ángeles, porque los pobres no necesitan verjas trabajadas que le cierren el paso al olvido.

Y ahora nieva, y yo escojo un vestido negro para el funeral de un hombre bueno. Y por primera vez reconcilio la muerte con el cielo; esta paz blanca es una manera decente de irse de la vida y no volver.

Tuesday, 7 January 2014

Año nuevo, vida nueva

Mi propósito más firme para este nuevo año es desnudarme y vestirme cada día ante una pantalla enorme que tenga esto en modus perenne. Me veo claramente ya, tan y tan feliz..



Monday, 6 January 2014

Cançó de l'amor petit

-Noia, ¿qué fas?- ha preguntado el gato, y a punto he estado de contarle porque, después de todo, falta mucho para la próxima noche de Lucía, pero me he percatado a tiempo de mi candidez. A nadie se le ocurriría pensar que un bicho mío tenga mala memoria. 
Aún no.