...o fueran abolidas todas las soledades.
Mil estrellas fugaces, y por cada una de ellas, un deseo concedido. Todo aquel que conoces o quieres conocer sale a verte tomar el sol entre el índice y el pulgar, metértelo en la boca y saborearlo despacio.
Un gato siamés se acerca y lo acaricias a contrapelo, pero este libro lo has leído antes, se ven tus huellas en su nieve fresca.
No quieres despertar, ahora que puedes hablar con los cuervos, ahora que puedes nadar sobre campos de amapolas, ahora que puedes chasquear los dedos y reaparecer al sur.
—Calla, niña.
Esos sueños tan agitados dan que pensar. No sé si pedir un deseo o prender una hoguera en la noche de San Juan.
ReplyDeleteHaz lo segundo. Tienes que darle tres vueltas a la hoguera y en cada una decir "mothtoflame". Funciona, créeme.
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