Caminar y caminar
y caminar y caminar.
Pequeña, cansada,
con los pies dolientes.
Quiero el mar, ¿vienes conmigo?
—Shh.
¡Ven! El mar es enorme
y el mar es muy viejo
y algunas cosas flotan
mientras otras se hunden
y allá hay una isla
y aquí hay una ola
y ven con tus brazos
y ven con tus piernas
y ven, y ven, y ven.
—Shh.
Ahora hay un bosque.
Ramas y hojas y pequeños nidos,
todo en movimiento.
No tengas miedo; el bosque es el bosque
y el mar es el mar
y este es el camino.
¡Ven!
—Shh.
Y luego, salir
del bosque
de las sombras
de tus pies
de tu cabeza.
¡Ven!
—Shh.
Un nubarrón.
No tengas miedo; la lluvia es la lluvia
y la lluvia es risueña
y se seca muy rápido.
Es sólo una gota, ¿lo ves?
no hay peligro.
Gotas y gotas y gotas
y tú y yo.
—Shh.
Tú y yo
yo y tú
y los brazos y las piernas
y las espaldas y las caderas
y el mar y el camino.
¿Quieres una sonrisa?
—Shh.
Andar, tropezar, saltar, pisar
sobre y dentro y entre y por debajo.
Delante, detrás, uno y dos.
Frío y resbaladizo,
templado y húmedo:
el camino viene y se va.
Hay un muro
pero no una puerta
sino una escalera
y hay un sombrero para nosotros.
¡Ven!
—Shh.
Alto, muy alto,
y profundo, muy profundo.
¿Saltamos?
¿Estás seguro?
¿Te duele?
—Sí.
Mira. El mar.
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