Y entonces sales al aire helado de la medianoche y le echas una mirada lánguida de envidia a los que se quedan en el pub y piensas en lo fácil que sería, con diez años y tres de menos, quedarte allí, con ellos, y seguir bebiendo y conversando y muriéndote cada vez más de la risa y volver a casa después que amaneciera para hace un amor ebrio y desbraguetado y dormir a pierna suelta hasta que no quepa en el cuerpo tanta pereza y ahí es cuando suena el teléfono y la niñera dice que si ya y hay que acelerar el paso porque mañana es hoy y manejas de regreso con la penita aún rondando y llegas y subes y encuentras tres ángeles dormidos en tu cama y sabes que quieres estar ahí, aquí, con diez años más pero suya.
lo mismo me pasa a mi. Apenas llega el viernes y una parte de mi pide calle, noche, música y otra parte mas responsable tira de mis orejas recordándome que tengo a una personita que me espera y depende de mi.
ReplyDeleteSí, es un amor muy sacrificado pero qe da las más grandes satifacciones. Al final solo cuando uno tiene hijos se da cuenta de lo que los padres de uno te quieren
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