Y en otro orden de cosas, no quería dejar pasar el día sin agradecer al Buen Pastor el que existan niños decentes, niños creativos, niños con la capacidad de escuchar y comprender lo que se les dice, y sobre todo padres que, aún sabiendo de todas las buenas cualidades de sus retoños, no les quitan el ojo de encima, lo cual permite que la fiesta de cumpleaños que uno ha planeado tan y tanto se desarrolle en términos civilizados por mucho que un par de mocosos cretinoides y dos padres desentendidos intenten sabotearlo.
Amén.
oiga, yo vi unas fotos de un cumpleaños de uno de sus hijos y quedé asombrada de lo bien portados que se veían. Debe ser un lío eso de hacer convivir varias edades, con el clima frío afuera, pues no aplica lo de mandarlos al patio. El pastel era una divinidad. me encantó. En las europas esas cosas siempre son más lindas. Por acá todo luego suele ser muy agringado (y que no se molesten los que viven por allá arriba, que también deben existir cosas con mucho encanto)
ReplyDeleteCharlie, o se comportan o se los lleva Cafuinga, porque yo hago alergia a las malcriadeces. El que ande jorobando mucho puede irse olvidando de una nueva invitación.
ReplyDeleteYo a los míos, como no tienen amiguitos en el barrio, se los celebro en el jardín. En el último el padre tuvo la idea de comprar pitos, y casi lo mato. Era un ruido ensordecedor y el chico autista que asiste al salón, casi entra en shock. Si hay una profesión que yo valoro son esas tías de jardín que ni se inmutan. Por dios, que paciencia hay que tener.
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