Ayer sábado, mientras los cristianos buenos esperaban la Resurreción del Cristo, un niño noruego de diez años fue colgado de un árbol en Charlottenberg, un pueblo sueco de la frontera que visito frecuentemente.
Por un milagro adecuado a la fecha, un hombre pasó por el descampado donde jugaba el muchacho, que ya llevaba diez minutos de puntillas para evitar ser ahorcado y estaba a punto de desfallecer, lo descolgó y lo llevó a urgencias. Además del tremendo susto, la criatura presenta hematomas e inflamación en la garganta. Como se encontraba de espaldas cuando fue sorprendido por el agresor, no sabe dar datos que ayuden a identificarlo. Sólo vio, mientras pendía de la soga, a un hombre vestido con un chaleco blanco que se alejaba.
La bestialidad del hecho, sobre todo en un pueblo tan tranquilo, me aterra. No hay motivos raciales, no hay animosidad o deseo de venganza, la víctima y sus padres estaban de vacaciones en Charlottenberg. Se trata sencillamente de un hombre que ve a un niño jugando solo en un lugar apartado y se dice "Por qué no voy y lo ahorco?" Es la maldad en su estado más puro, así de simple y de terrible.
Estas son las cosas que hacen que a veces me replanteé la fe en el mejoramiento humano y las ideas políticamente correctas de reintegración a la sociedad del criminal etc, etc, en las que quiero creer. No ha de haber respeto ni consideraciones para los que desprecian la vida de los otros, y una reja es muy poco castigo para tanta aberración.
UPDATE!! Dos chicos noruegos de quince años acaban de ser detenidos bajo sospecha de intento de ahorcamiento. Uno de ellos, que el día del entuerto iba vestido de blanco, ha declarado a la policía que en efecto se encontraba en los alrededores del descampado donde fué encontrado el niño semi ahorcado, pero no ha admitido culpa hasta el momento.
Jóvenes monstruos, para variar. Y lo más triste del caso es que no tienen edad para ser penalizados, de manera que harán unas cuantas horas de trabajo social y tendrán a las autoridades jodiendo el resto de la juventud, pero nada más. Justicia, que sigue enredándose en su peplo.
Es lo único que no cree en fronteras ni cuños en el pasaporte, desgarciadamente.
ReplyDeleteYa se que me van a decir bestia y muchas cosas mas. Pero en Texas, quien ose cruzar la acera que rodea mi casa que tenga muy buenos motivos...
ReplyDeleteLa violencia atrae violencia, pero está claro que alguien que es agredido en su propia casa tiene derecho a defenderse como sea. Si yo fuera la madre del niño y encontrara al culpable no dudaría de colgarlo con la misma cuerda y sentarme a ver cómo lo mece el viento.
ReplyDeleteMenos mal que el niño se salvó, pobre infeliz, lo que debe haber sufrido y lo que debe estar sufriendo. QUé le pasa a la gente? Qué mierda le pasa a este mundo?
ReplyDeleteYo comentaba con el vikingo que más terrible me parece es lo casual, lo imprevisto del caso. No hay motivo alguno de por medio, no hay más que el deseo de asesinar a alguien, así de simple...
ReplyDeleteLo terrible es querer morirse, odiar al mundo y a si mismo y elegir un camino tan retorcido como matar un inocente para que lo agarren y le hagan lo mismo. Falta de cojones u ovarios para encarar su miserable vida...
ReplyDeleteEso mismo dice siempre mi papá. No vayas a joder a otro ni formes escándalo: tranquilito y de noche, que el tren ni siquiera te va a sentir...
ReplyDeleteEso mismo, lo que más me horroriza es lo casual, como si hubiera tirado una piedra al agua: iba por un camino, me encontré un niño , lo colgué y me fui, así sin más acá ni más allá.
ReplyDeleteLa parte positiva es que el niño se salvó y que todos están alertados ahora, deberían poner carteles: No dejen a los niños solos NUNCA!!!
Esa es la otra parte. A quién se le ocurre poner aparatos para jugar en un lugar tan apartado? Le hacen el juego a los pedófilos, violadores y cualquier otro monstruo que por allí merodeé!
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