—De eso nada, gitana, que es muy caro. En cambio, puedo conseguir cabillas de diferentes nacionalidades; con eso, un ganchito y un Padrenuestro se arreglan varias cosas a un tiempo.
Voy a comenzar a guardar en una lata de galletas conversaciones como esta, para recordar en las largas noches del asilo los tiempos en que tenía cómplice de perrerías y me dolía la boca de reír.
Entonces el plomero (yo) entro y le digo:
ReplyDelete- ¿Me llamó, señ... ooooh...?
Así que plomero. Me tomo la libertad de esperar en el Altísimo que sea un plomero decente, de los que visten azul de trabajo, y no de los que se agachan y dejan a la vista las guardarrayas del horror.
DeleteOiga... qué manera de destrozar el role playing.
ReplyDeleteYo me imaginaba ( a mí mismo) como San Sting con overol de mezclilla y usted me ha virado el café encima.
Ciberposición fetal de ahora en adelante.
Pero mi encuentro con la doña en el baño (suena ruso y todo) no me lo quita naiden.
Danza retroactiva, que le dicen.