de pequeñas cosas,
lo mismo que un árbol que en tiempo de otoño
se queda sin hojas.
Al fin la tristeza, es la muerte lenta
de las simples cosas,
esas cosas simples
que quedan doliendo en el corazón.
Uno vuelve siempre
a los viejos sitios donde amó la vida,
y entonces comprende
como están de ausentes las cosas queridas.
Por eso muchacho,
no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple,
y a las cosas simples, las devora el tiempo.
Demórate aquí
en la luz mayor de este mediodía.
¿Dónde encontrarás con el pan al sol,
la mesa tendida?..
Por eso muchacho,
no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple,
y a las cosas simples, las devora el tiempo.
Esta canción es una de mis más queridas. La he cantado con la Negra Sosa, y la he llorado bajito con Chavela Vargas, pero no había escuchado la versión de Martirio hasta ayer, y me ha pasado otra vez: aquí estoy, amando algo viejo con un amor fresquito, como si lo hubiera inventado ahora, cuando pensaba que ya no podía más.
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