Los lunes son de lucidez insoportable.
Es siempre lunes cuando me doy cuenta de que bebo demasiado café, demasiado vino, e incluso demasiada agua en mitad de la noche; de que las gardenias han comenzado florecerme; de que hay que pintar la verja; de que el pelo anda llenándolo todo; de que he soñado con un Raúl Campos humano acostado plácidamente en mi cama por culpa de Silvio; de que olvido siempre lo de las etiquetas; de que le he hecho una oreja de gato a Kundera, y es de la biblioteca; de que me duelen los pies de tanto extrañar el mar.
Una herejía, los lunes.
Siempre puedes hablarme tú ;)
ReplyDeleteTengo todas las intenciones y los motivos, puedes creerme. :)
DeleteEl lunes es el día de los pensamientos negativos, como los que tú enumeras, aunque lo de Raúl Castro parece más bien una pesadilla.
ReplyDeleteEl culpable, como ya dije, es Silvio. Me alborota el mierdómetro.
DeleteNo es que la eternidad comenzaba un lunes? :)
ReplyDeleteY el día siguiente apenas tiene nombre, pero una copita y mi Nicolás de las Cavernas arreglan cualquier cosa, incluso un martes. No más hace falta que den las siete. ;)
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