En 1942 los miembros del Dinamo Kiev, el equipo de fútbol más respetado de Ukrania, fueron asesinados por los alemanes nazis después de ganar un partido en el que sabían que les iba la vida, contra el German Flakelf, equipo invicto de los invasores.
En 1942 Josef Stalin envió al gulag a Nikolai, Andrey, Petr y Alexander Starostin, cuatro hermanos miembros del Spartac Moscow, los mismos que en 1937 y 1938 le dieron la victoria al equipo en los juegos nacionales.
La barbarie, señores, no tiene derecha ni izquierda, sólo un centro muy oscuro que además de los sueños se traga la memoria, por eso Ukrania da hoy el triste espectáculo de tener neonazis en las gradas. Es una pena que no hayan aprendido que lo único que se permite estropear cuando se habla de fútbol, es el balón.
Muy buen post, muy bueno!!! Toda la razón del mundo.
ReplyDeleteUna vez más los políticos echando a perder algo bueno...
ReplyDeleteY tú.. que casi me quitas los deseos de ver la Eurocopa! ;)
Si si, ahorca al mensajero! ;)
DeleteJajaja... Es que me queda más ¨a mano¨!! Jaja (quién te manda!!) :)
DeleteCarajo, qué socorrido el recurso! No ves, eso es lo malo de este color...
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