Hace un par de días he visto "What happened, Miss Simone?", un documental de esos que no encuentro a menudo, enternecedor y violento y lleno de bilis y puños y flores y esperanzas, algo para ver con las tripas y el corazón en la misma medida, algo para recordar, y me reitero en mi convicción: Nina era "the real thing", como lo es todo el que tiene que que caminar entre mierdas y amores para llegar a sí mismo.
Más de esto para mi otoño, padre Odín.
Nota aparte: Otra cosa que no he podido dejar de ver esta semana es a Donald Trump, cabellera púbica ondeando en el viento favorable a su campaña. No me extraña, este señor tiene la dosis exacta de todo cuanto se necesita para salir electo fácilmente como presidente de los Estados Unidos: tez blanca, ignorancia, arrogancia y solvencia económica suficiente como para pasarse por el crepúsculo los discursos políticamente correcto; el sueño americano en verbo y carne.
Bush va a quedar como un académico de pajarita, en comparación, pero Bush era, además de un gran burro y un gran hijo de puta, un gran hipócrita, mientras que este es burro e hijo de puta, pero dice lo que piensa. Way to go.
Mencionar a Trump en el mismo post de la Simone es... es...
ReplyDeleteNo le doy castigo malo porque capaz que le guste.
Qué cosa, Dios mío, ni eso recibe una ya por estos días. Qué se puede esperar de un mundo en que hasta los castigos se dan con cuentagotas, me pregunto. Y con lo feo que es ser gandío...
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