“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Thursday 27 August 2015

Black is the color of my true love's heart

A Nina Simone llegué de la mano de Nick Cave, roja y derecha. Recuerdo que al terminar de escucharlo hablar de ella con la admiración goteándole de la voz, corrí a buscar su música y, después de una canción, yo también estaba convencida de que Nina era, como decía él: "the real thing". Desde entonces, sus canciones forman parte de la banda sonora de mi vida.

Hace un par de días he visto "What happened, Miss Simone?", un documental de esos que no encuentro a menudo, enternecedor y violento y lleno de bilis y puños y flores y esperanzas, algo para ver con las tripas y el corazón en la misma medida, algo para recordar, y me reitero en mi convicción: Nina era "the real thing", como lo es todo el que tiene que que caminar entre mierdas y amores para llegar a sí mismo.

Más de esto para mi otoño, padre Odín.






Nota aparte: Otra cosa que no he podido dejar de ver esta semana es a Donald Trump, cabellera púbica ondeando en el viento favorable a su campaña. No me extraña, este señor tiene la dosis exacta de todo cuanto se necesita para salir electo fácilmente  como presidente de los Estados Unidos: tez blanca, ignorancia, arrogancia y solvencia económica suficiente como para pasarse por el crepúsculo los discursos políticamente correcto; el sueño americano en verbo y carne.
Bush va a quedar como un académico de pajarita, en comparación, pero Bush era, además de un gran burro y un gran hijo de puta, un gran hipócrita, mientras que este es burro e hijo de puta, pero dice lo que piensa. Way to go.

2 comments:

  1. Mencionar a Trump en el mismo post de la Simone es... es...
    No le doy castigo malo porque capaz que le guste.

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    1. Qué cosa, Dios mío, ni eso recibe una ya por estos días. Qué se puede esperar de un mundo en que hasta los castigos se dan con cuentagotas, me pregunto. Y con lo feo que es ser gandío...

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