“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Monday 18 March 2013

Del triste real

Es la tercera vez que me preguntan por qué no traduzco el blog al noruego, por qué no incluyo comerciales y trato de hacerlo rentable de alguna manera. Después de todo, el tiempo es oro, y la plata extra nunca viene mal.

Lo haría, he contestado, si este fuera un lugar para presentar mi vida como si fuera una película en la que no tengo problema alguno para hacer encajar todas las piezas de mi puzzle privado.

En esa película yo, entre otras cosas, sería capaz de cantar, bailar, amamantar, fornicar, entrenar, redecorar, bordar a mano, hornear obras de arte, cuidar mis relaciones, viajar constantemente y ser definitivamente hogareña, todo  al mismo tiempo.

Y mis maravillosos y dulces hijos se sentarían en un sofá inmaculadamente blanco y recortarían ángeles de papel en mi casa de arquitectura avanzada, enorme y luminosa, mientras yo bebo vinos caros en la cocina y discuto problemas existencialistas  con mis bohemios y responsables amigos.

Pero, además, yo no sería tan difícil e hipersensible como en realidad soy, sino que sería una mujer alegre, descomplicada, con músculos bien definidos y libido desbordada. O bueno, no, desbordada no, que tampoco es cuestión de revolotear en torno al sofá blanco como una flor carnívora. Libido despierta, pero comedida.

Y si alguien me preguntara si estoy satisfecha conmigo misma respondería muy segura, mientras me maquillo con la crema del tono exacto para mi piel: "Por supuesto. Toda mujer ha de querer y aceptarse a sí misma tal como el buen Dios la ha creado, porque así es perfecta."

Desafortunadamente, no es el caso. Este blog tiene de tinte rosa lo que su creadora tiene de grácil bailarina de cabaret tropical: absolutamente nada. Es una pena, eso sí, porque la versión light suena capaz de arreglarle el día al más cabizbajo de los murciélagos, pero qué le vamos a hacer: nunca llueve a gusto de todos.






4 comments:

  1. Razones fundamentales por las que visito esta casa: la anfitriona es una mujer real que me hace sentirme arropada cuando tengo los pies y el alma helados; reconfortada, cuando lo políticamente correcto me incordia el útero; comprendida, cuando de lecturas de infancia y nostalgias se trata;cómplice, si de melenas y música se torna...No llueve a gusto de todos, pero servidora le agradece que el paraguas sea lo suficientemente ancho como para que quepan dos mujeres llenas de sinsentidos, ah, y que no sea rosa, no iría a juego con mi sarcasmo.

    ReplyDelete
  2. Usted está hecha a la medida de mi boca de harpía, orejitas y todo.

    ReplyDelete
  3. Es tan deliciosa tu manera de escribir, como la realidad que cubre esa espesa cabellera a la que le cuesta secarse apropiadamente en invierno.

    No necesita Mariana de arreglos o artificios...Su arquitectura es como una pieza de Gaudí maravillosamente colorida y excepcional.

    Siga sin traducir o nos veremos privados unos pocos, de leerle.

    Beso.

    ReplyDelete
  4. Ah, otra de las mujeres de mi vida. Me voy a emocionar, pero antes he de establecer que de plata voy justita y que el derecho de pernada del Eddie en su próxima reencarnación sigue perteneciéndome en términos no negociables. Por si acaso, no más...

    Ahora sí. ¡Cómo las quiero, lindas mías! :))

    ReplyDelete

¡Habla, pueblo de Aura!