En el momento de hacerse la foto, ésta pequeña vive en Afganistán, justo en las inmediaciones de una base militar sueca. La mano que descansa sobre su cabeza es la de su abuelo, que apoya la intervención escandinava pues cree que garantizará para su nieta pozos, doctor, escuela, electricidad y un puente sobre el río.
La respuesta a sus esperanzas, sin embargo, estaba en los ojos de la nieta; no flotando, sino clavada con el alfiler de la realidad.
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Foto: Magnus Wennman |
Esa mirada habla mas que todos los discursos. Pobre niña que tan temprano intuye su futuro. Mundo de mierda en que una niña ya tiene esa mirada..
ReplyDeleteAsí de tristes vamos.
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