Se fué imaginando playas de arenas blancas y aguas tranquilas, cocktailes refrescantes, sonrisas y pieles oscuras de sol y rumba. La sacaron del sueño la marejada y el viento rugiendo, los viejos espejos manchados de óxido en el hotel con precio primermundista, las miradas esquivas de los camareros que no se atreven a sonreir abiertamente, y después de sacudirse durante horas en una guagua china y helada y visitar los baños públicos de tres terminales interprovinciales despertó del todo.
En la ciudad asolada por el olvido descubrió otro mundo. Conoció al fin a los destinatarios de sus presentes y valoró la sinceridad de sus agasajos. Recorrió las calles polvorientas, tropezó en los agujeros de las aceras, se sacudió moscas y mosquitos. Fué regalada con lo mejor de cada casa, le dedicaron canciones y poemas, y a los tres días de llegar la gente la llamaba por su nombre saludando con la mano.
Repartió limosnas que le parecieron escasas, y ya tiene una lista de cositas para llevar en su próximo viaje, como ropitas para los huérfanos que le dolieron y pelotas de beisbol, para que los niños no tengan que jugar con cajitas de pastillas.
De regreso le remordió la conciencia por cada pase de tarjeta, sabiendo que uno de sus vestidos puede alimentar a una familia entera durante meses, y experimentó por primera vez la desazón de verse rodeada de lujos, querer compartirlos y no poder.
Era ya una buena persona pero ahora es mejor, porque la generosidad practicada de lejos no es nunca lo mismo que la mano llena tendida en el momento en que se necesita, y no hay como aprender la lección de primera mano, con espíritu guerrillero y risueño, como lo ha hecho ella.
A su salud.
Levanto mi copa!
ReplyDeleteme quito el sombreo!
ReplyDeleteS-O-M-B-R-E-R-O!
ReplyDeleteEl sombreo también viene bien, pregunta en Cuba para que veas.
ReplyDeleteWaoooo !!!!! conmovedor!!!
ReplyDeleteGracias, cielo! Y gracias por publicarlo en el solar. ;)
ReplyDeleteEsto es lo más triste que he leído en mucho tiempo.
ReplyDeleteMe duele mi país desde lo más profundo.
Eso somos, mitad llanto y mitad mueca burlona.
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