Y canto, espuma.

"Sólo hay un niño perfecto, y cada padre lo tiene."
                                                            Anónimo


Cada año, la marca de jabón Lano, en Noruega, escoge la imagen de un niño para representar sus productos. La convocatoria es acogida con placer por miles y miles de padres deseosos de ver la sonriente y enjabonada carita  de su retoño en las estanterías de cuanto supermercado, mercado, tienda y timbiriche existe en el reino. Por doquier llueven las fotos, y llueven también las súplicas. Vota por María! Vota por Marcos! Vota por Henrik, por Sofie, por Andreas o por Carolina!

Yo, que siento por los comerciales el mismo respeto que Maiakovski por las credenciales, suelo mirar el circo con ojos brujos, pero ésta vez voy a hacer una excepción.

El pequeño Mikael padece de parálisis cerebral. Necesita la ayuda constante de su mamá, y va a necesitarla todos los días de su vida. Sus ojos no logran enfocar correctamente, su espina dorsal está torcida a la derecha, por lo que debe usar un corset que la empuje hacia el lado contrario, y le han operado un tubo en la garganta que permite el paso del oxígeno y otro en el estómago para  que pueda alimentarse. En otras palabras, está tan lejos de la imagen ideal del niño Lano como las margaritas de las estrellas.
Pero aún así, su mamá envió su foto para que fuera evaluada. Porque, a pesar de su discapacidad, Michael disfruta sus baños como cualquier otro niño. Porque, a pesar de su cansancio, ella  disfruta bañarlo como cualquier otra madre. Porque sí, porque es suyo, porque quiere que sea igual a los demás en algo más que en un párrafo de la constitución.

Voy a votar por el pequeño Mikael, con perdón de los terrícolas, porque yo también creo que es perfecto, que cada niño lo es. Y espero de todo corazón que gane, será un soplo de aire fresco en estos tiempos de clones siliconados de dientes deslumbrantes.