Según el estudioso, Cleopatra nunca hubiera elegido morir envenenada por una serpiente, pues conocía perfectamente la terrible agonía que conlleva. Tampoco es probable que sus dos esclavas murieran con ella: el calor que en Agosto agobia Egipto habría hecho que la serpiente estuviera demasiado intranquila como para morder, y aún menos para hacerlo repetidas veces.
La muerte por intoxicación, en cambio, resulta más probable. El profesor se basa en antiguos papiros que cuentan los conocimientos que la mítica reina tenía sobre venenos y pociones para sustentar su tesis. Junto a un experto en la materia, Schaefer ha llegado a la conclusión de que Cleopatra se suicidó bebiendo una mezcla de opio, cicuta y acónito.
Al parecer, el mito sobre la cobra ha sobrevivido todos estos siglos porque sencillamente se creyó en él desde el comienzo.
Así va el mundo....
Muy interesante Vane, todos los días se aprende algo nuevo :)
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