Por este medio se le comunica a las alepheadoras, las que apochapan, las que hacen lo que le apetece pues para eso son ofelias, las que escriben su diario con m y las que están locas por acabar de caer en el tanque de caramelo hirviendo y convertirse en una chambeloncita -y por demás a cualquier otra hija de Lilith que quiera unirse al experimento- que en el momento en que se decidan a hacer una de estas escapadas pueden contar conmigo, no hasta dos ni hasta diez sino contar conmigo, y que a propósito conozco un par de bosques que nos vendrían de perlas.
Chiflen, no más.