—Ella tiene cara de "la puntica nada más".
—Ella, sí. Él tiene cara de "ay, papi..."
Y estallamos, paya y gitana, en carcajadas de meigas viejas, porque si algo bueno tenemos es eso, la capacidad de disectar una semana de mierda y voltear al derecho y al revés cada pieza y quedarnos con las más jugosas, ponerles ajo, comino, laurel, sal, tres granos de pimienta fresca y un puñado de malicia cubana, y dejarlas ahí, para cuando nos haga falta un escabeche de moral para mirar de frente la vida.
Y hoy es viernes, otra vez.
Y el viernes se hizo, y con él, la certeza de que estamos ahí para lamernos las heridas juntas. Te abrazo.
ReplyDeleteEsas risas contigo me lavan el alma cuando más lo necesito. Y con Silvio para terminar, como si mi suerte no fuera bastante. Besos otoñales, querida mía.
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