“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Tuesday, 14 April 2015

Rorra

—¡Buenas tardes! ¿Podría hablar con tus padres? ¿O con álguien mayor de dieciocho años que se encuentre en casa?—pregunta una voz bien timbrada, con ese tipo de entusiasmo que sólo tienen las madres primerizas antes de dar a luz, los vendedores telefónicos y los testigos de Jehová.
—Yo me encuentro en casa, casualmente, y hace ya un tiempo que tengo dieciocho años— respondo con lo que creo que es sorna, y espero.

Al otro lado de la línea han habido un segundo de silecio, una risita incrédula, un "no, mejor yo llamo en otra ocasión", una despedida apresurada y un click.

Me he vuelto hacia Mariana y he abierto la boca para quejarme, pero ella  ha levantado el dedo índice en un gesto que no conoce apelaciones, como un arcángel bajito: hoy es la tercera vez que el diario comenta sobre el cambio de sexo del padre de las Dalton, y Celeno amenza anidarle en la melena.

Callo, pues, y miro al gato, que se encoge de hombros. No dice: "¿quién te manda a no crecer?", pero lo piensa. Yo sé que lo piensa.





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