Y como si no me bastaran la ciudad llena de ocre y dorado, la noche, la lluvia, y las sonrisas de dos hombres luminosos para mí solita, tengo estas cuerdas, gruesas como venas, ladrándome en lengua de corazones bajo los dedos arácnidos de un negro viejo a quien sólo le falta tocar en mi ventana con un silbido oloroso a pastel de manzanas.
Pedirle más a un jueves sería pecado.
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Henry Grimes. ©the-old-man-down-the-road |
Pero es viernes, ¿no? A lo mejor sí se le puede pedir al viernes...
ReplyDeleteA lo mejor sí, pero igual no es conveniente. ¿Recuerdas el cuento de Puchkin? La ambición rompe el saco.
Delete¿Te he dicho alguna vez que tienes un soberbio oído para la metáfora? Pues eso, te lo digo ahora. Y la metáfora es la literatura.
ReplyDeleteCuerdas gruesas como venas...
Gracias, haré todo lo posible por no quedarme sorda.
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