“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”
E. Hemingway."París era una fiesta"
Vigilia
Hoy
he soñado con ranas. Pero no las ranas pálidas y desgarbadas de mi
infancia, todas patas y ojos saltones, acechantes entre las ranuras del
techo, sino con las ranas de bungalow que me encuentro últimamente
cuando vacaciono: animales compactos, enormes, con pintas de color
fuerte y una prestancia que ya hubiera querido Pedro Ross para cualquiera de sus asambleas.
Ranas
entrenadas para la batalla de ideas, ranas decididas a mostrarle al
turista su mejor cara y convencerlo de que son felices allí. Sólo les falta una pañoleta roja, a esos bichos.
De cualquier manera, a las ranas las pastoreaba el rabino de la trompeta, por alguna razón que me ha de ser revelada el Día del Juicio, junto con el número que calza la Meretriz de Babilonia.
Espero.
Yo fui más de sapos que de ranas. Y nunca he soñado con bichos. Ni siquiera con mantis, las cuales fueron compañeras de aventuras durante varios años. Tal vez porque yo las pastoreaba.
ReplyDelete¡Ah!, y tal vez sea una rana quien te diga el número que calza la meretriz.
Yo jamás he pastoreado bicho alguno. No cuadrúpedo, al menos. ;)
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