Mis polacos pintan en la niebla. Pintan y sonríen con ojos muy azules y dientes pequeños, como los niños de las compotas. Pintan y tararean que quieren irse a su hogar, dulce hogar, en Alabama. Pintan y se vuelven los nomeolvides que me faltan en el jardín. Pintan y asienten cuando les digo que, ya puestos, podríamos pintar las rosas de gris. Pintan, y se les nota en las manos la nostalgia.
No comments:
Post a Comment
¡Habla, pueblo de Aura!