“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”

E. Hemingway.
"París era una fiesta"


Tuesday 26 December 2017

Tres, eran tres, y ninguno era bobo

Hace unos años Jesper Juul, un psicólogo y terapista danés a quien admiro, dijo en una conferencia a la cual asistí que, en una discusión doméstica con su esposa, esta le había reprochado:"Hace dos meses no pensabas así". Y él había respondido:"Por supuesto".

De todo lo interesante que allí se dijo, ésto es lo que mejor recuerdo porque fue una lección de vida o, mejor dicho, la confirmación de que uno de mis mantras no andaba, como yo misma tendía a pensar a veces, totalmente errado. El pensamiento ha de mutar, las ideas han de transformarse sin que por ello aparezca la culpa, porque cambiar de opinión no es cambiar de moral o de sentimientos: es sencillamente evolucionar mentalmente. O involucionar, si tiene uno muy mala suerte -esto también ocurre.

Victor Hugo describía al obispo Myriel como un hombre que no negaba nada, ni siquiera los fantasmas; tampoco aseguraba nada, ni siquiera los milagros. Esa ventana abierta a la duda es, para mí, imprescindible. No estoy tan convencida de nada que una razón de peso no pueda cambiar; no tengo ideas fijas; no creo que lo que pienso y digo va a misa: si algo me han enseñado los años es que cada gato tiene cinco patas. Esto me ha hecho humilde: escuchar las opiniones de los otros y masticarlas es, más que necesario, vital; lo contrario conlleva ir por la vida haciendo papelazos.

Así pues, dejo por aquí estos tres documentales, que son lo mucho que he visto últimamente porque mi tiempo es pequeñito, pero que me parece que valen la pena. A mí, la hija de Tula y Freddy, con todos sus 160 cm de melena e ironía; ingenua a veces, pero buena gente.








1 comment:

¡Habla, pueblo de Aura!