“But Paris was a very old city and we were young and nothing was simple there, not even poverty, nor sudden money, nor the moonlight, nor right and wrong nor the breathing of someone who lay beside you in the moonlight.”
E. Hemingway.
E. Hemingway.
"París era una fiesta"
Wednesday, 24 February 2016
Hal
Cuando era muy joven, quería ser otra. Otras, en realidad, porque las otras me parecían siempre más bellas, más seguras, más gráciles, más sensuales que yo misma. Ahora también me lo parecen, pero al mismo tiempo ya no me preocupa. Ahora me mortifica no tener suficiente tiempo para ser yo, y quiero ser yo mientras pueda, todo lo que pueda. Y si no fuera yo, querría ser Eva, y ser sabia y vieja de tres siglos, y leer libro tras libro con sólo rozar sus páginas, y que me amara un vampiro introvertido que escuchara a Tom Waits, y tener al John Hurt que escribía para Shakesperare como mecenas, y que Tanger se me abriera de venas así, cualquier noche de un día.
Tuesday, 23 February 2016
Cuatrocientos cuarenta y cuatro meses y un día
Ayer, entre mucho y muy lindo, me han deseado lunas, y mares, y mucha luz "para que esos ojazos puedan seguir leyendo y apreciando el arte en la cotidiana vida", y me han regalado canciones, y he pensado que algo debo estar haciendo bien, porque a pesar de todos los hatajos, de todas las puertas traseras, de todas las sombra chinescas, llegar a mí sin pincharse los pies es posible.
Lo cual es bello e instructivo.
Lo cual es bello e instructivo.
Monday, 22 February 2016
Un pez de San Antonio
Hoy me han regalado este poema de Benedetti:
y me han llamado reina, y me han besado, y me han dicho que soy buena y que me quieren. Y ayer, desde el otro lado del mar, hubieron las sonrisas de mis padres, los primeros en amar, siempre.
Treinta y siete razones para seguir siendo, eso es lo que cumplo.
Aunque hoy cumplas
trescientos treinta y seis meses
la matusalénica edad no se te nota cuando
en el instante en que vencen los crueles
entrás a averiguar la alegría del mundo
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre las fobias
o desarbolás los nudosos rencores
buena edad para cambiar estatutos y horóscopos
para que tu manantial mane amor sin miseria
para que te enfrentes al espejo que exige
y pienses que estás linda
y estés linda
casi no vale la pena desearte júbilos y lealtades
ya que te van a rodear como ángeles o veleros
es obvio y comprensible
que las manzanas y los jazmines
y los cuidadores de autos y los ciclistas
y las hijas de los villeros
y los cachorros extraviados
y los bichitos de san antonio
y las cajas de fósforo
te consideren una de los suyos
de modo que desearte un feliz cumpleaños
podría ser tan injusto con tus felices
cumpledías
acordate de esta ley de tu vida
si hace algún tiempo fuiste desgraciada
eso también ayuda a que hoy se afirme
tu bienaventuranza
de todos modos para vos no es novedad
que el mundo
y yo
te queremos de veras
pero yo siempre un poquito más que el mundo.
y esta imagen:
trescientos treinta y seis meses
la matusalénica edad no se te nota cuando
en el instante en que vencen los crueles
entrás a averiguar la alegría del mundo
y mucho menos todavía se te nota
cuando volás gaviotamente sobre las fobias
o desarbolás los nudosos rencores
buena edad para cambiar estatutos y horóscopos
para que tu manantial mane amor sin miseria
para que te enfrentes al espejo que exige
y pienses que estás linda
y estés linda
casi no vale la pena desearte júbilos y lealtades
ya que te van a rodear como ángeles o veleros
es obvio y comprensible
que las manzanas y los jazmines
y los cuidadores de autos y los ciclistas
y las hijas de los villeros
y los cachorros extraviados
y los bichitos de san antonio
y las cajas de fósforo
te consideren una de los suyos
de modo que desearte un feliz cumpleaños
podría ser tan injusto con tus felices
cumpledías
acordate de esta ley de tu vida
si hace algún tiempo fuiste desgraciada
eso también ayuda a que hoy se afirme
tu bienaventuranza
de todos modos para vos no es novedad
que el mundo
y yo
te queremos de veras
pero yo siempre un poquito más que el mundo.
y esta imagen:
y me han llamado reina, y me han besado, y me han dicho que soy buena y que me quieren. Y ayer, desde el otro lado del mar, hubieron las sonrisas de mis padres, los primeros en amar, siempre.
Treinta y siete razones para seguir siendo, eso es lo que cumplo.
Thursday, 11 February 2016
Monday, 8 February 2016
The one that got away
Luego comenzó a llover. Un viento fuerte y frío arrastró sobre el
granito del parque las pálidas flores que lo cubrían, y las telarañas
que colgaban de las estatuas temblaron un instante antes de desaparecer
para siempre. El reloj de la Iglesia dió la hora, seis campanadas rotas
que asustaron a los ratones. Un gato se sentó en el umbral, todo ojos
amarillos mirando los hilos transparentes cayendo incesantes ante él, y
se oyó una voz gritar el nombre de un niño loco que no ve cómo llueve y
sabrá Dios dónde estará metido bendito muchacho.
En algún lugar de la casa la abuela musitó que ya lo decía yo, los huesos, las hormigas, nunca se equivoca, y la madre respondía que si, que lo sabemos, usted es el Instituto de Meteorología y la abuela no es eso, mija, pero yo no las escuchaba. Yo miraba al gato y escuchaba la lluvia golpear contra la madreselva de la ventana, contra las sábanas blancas tendidas en el cordel, contra el papel rojo del papalote enredado en los cables del teléfono, contra el brazo pálido del tullidito que otra vez habían olvidado en el balcón, contra el chubasquero desteñido del padre que caminaba de prisa con la bolsa de la comida bien apretada contra el pecho -nada debe mojarse-, contra tus zapatos viejos olvidados junto a la puerta.
Conozco una canción en la que alguien se pregunta si habrá un orfanato para las cosas que se quedan abandonadas bajo la lluvia: las bicicletas rotas, las cadenas enmohecidas, los barcos de papel en las alcantarillas. Quizás a tus zapatos y al papalote les hubiera gustado irse a vivir ahí...
En algún lugar de la casa la abuela musitó que ya lo decía yo, los huesos, las hormigas, nunca se equivoca, y la madre respondía que si, que lo sabemos, usted es el Instituto de Meteorología y la abuela no es eso, mija, pero yo no las escuchaba. Yo miraba al gato y escuchaba la lluvia golpear contra la madreselva de la ventana, contra las sábanas blancas tendidas en el cordel, contra el papel rojo del papalote enredado en los cables del teléfono, contra el brazo pálido del tullidito que otra vez habían olvidado en el balcón, contra el chubasquero desteñido del padre que caminaba de prisa con la bolsa de la comida bien apretada contra el pecho -nada debe mojarse-, contra tus zapatos viejos olvidados junto a la puerta.
Conozco una canción en la que alguien se pregunta si habrá un orfanato para las cosas que se quedan abandonadas bajo la lluvia: las bicicletas rotas, las cadenas enmohecidas, los barcos de papel en las alcantarillas. Quizás a tus zapatos y al papalote les hubiera gustado irse a vivir ahí...
Saturday, 6 February 2016
Friday, 5 February 2016
Como quien cierra un pasado
No he llegado a saber el verdadero significado de la sed
hasta no sentir tus manos acariciarme la nuca.
De rodillas el cielo queda a la altura de la lengua.
Tus muslos se abren
como quien abre un paréntesis,
como quien cierra un pasado.
Ernesto Pérez Vallejo
—Sólo te falta un muñeco de peluche- ha dicho él en la tarde, mirando mis piernas cuajadas de ositos tristes con su lacito rojo.
Más tarde tendrá, extendida entre las manos, una pieza de encaje negro para que yo meta primero un pie, luego otro, con cuidado, que soy muy torpe, y pensaré en los esclavos convertidos en señores al final de la línea, en los juegos que comienzan entre sábanas y se terminan en cualquier parte, y sobre todo en América y los besos en la cuquita rica de su papá, y decidiré comentárselo enseguida, cuando termine de irme.
hasta no sentir tus manos acariciarme la nuca.
De rodillas el cielo queda a la altura de la lengua.
Tus muslos se abren
como quien abre un paréntesis,
como quien cierra un pasado.
Ernesto Pérez Vallejo
—Sólo te falta un muñeco de peluche- ha dicho él en la tarde, mirando mis piernas cuajadas de ositos tristes con su lacito rojo.
Más tarde tendrá, extendida entre las manos, una pieza de encaje negro para que yo meta primero un pie, luego otro, con cuidado, que soy muy torpe, y pensaré en los esclavos convertidos en señores al final de la línea, en los juegos que comienzan entre sábanas y se terminan en cualquier parte, y sobre todo en América y los besos en la cuquita rica de su papá, y decidiré comentárselo enseguida, cuando termine de irme.
Thursday, 4 February 2016
Right out of my hand
—On a hot summer night, would you offer your throat to the wolf with the red roses?
—Will he offer me his mouth?
—Yes
—Will he offer me his teeth?
—Yes
—Will he offer me his jaws?
—Yes
—Will he offer me his hunger?
—Yes
—Again. Will he offer me his hunger?
—Yes
—And will he starve without me?
—Yes
—And does he love me?
—Yes
—Yes
—On a hot summer night, would you offer your throat to the wolf with the red roses?
—Yes
—I bet you say that to all the boys.
Marvin Lee Aday
Tuesday, 2 February 2016
Cosas esplendorosas
Entregar un libro en manos de un editor es lo más enervante que me ha pasado en la vida, después de los aviones. Necesito nervios nuevos, y mantitas; lo primero está difícil, pero de lo segundo tengo los bolsillos llenos:
1-Bailar esta canción con mi papá, apoyada en su pecho duro, oloroso a cigarros mentolados y Old Spice.
1-Bailar esta canción con mi papá, apoyada en su pecho duro, oloroso a cigarros mentolados y Old Spice.
Monday, 1 February 2016
Who's your Daddy?
"Hubiera preferido ser tu padre, o tu hijo
estar en tu sangre sin costuras visibles..."
estar en tu sangre sin costuras visibles..."
Subscribe to:
Posts (Atom)