Llueve y el agua arrastra consigo el mundo que se alborota con el trueno de las cuatro de la tarde. Bajando por la calle una lata de cerveza, cual si fuese un barco, y sobre ella, orondos, los pájaros de la adversidad que se ha ensañado con la ciudad.
Un borracho pasa, empapado dos veces. "No se moje, mi niña", dice, mirándome los muslos. No le hago caso.
Cuba, 15 de Julio de 2013.
sienta bien leerte
ReplyDeleteMenearía la cola de puro agradecimiento pero regreso enfermuca y además tú ya sabes. Pienso hacerte la visita y ver todo lo que has publicado en mi ausencia, pero si hay algo en particular que creas que tendría que ver antes mándame una señal de humo, por favor.
DeleteNada es lo suficientemente importante. Sobre todo, cuídate.
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